«Nilidiam» es su primer proyecto en forma de novela, retomando el espíritu de los antiguos libros de aventuras históricas, desde Julio Verne a Emilio Salgari, con los que se crió toda una generación de españoles que ahora pasan de los treinta. Nilidia, la perla del Mediterráneo, orgullo del Imperio Británico desde los tiempos de la reina Victoria, como antes lo fue del Imperio Otomano y antes de Roma. Sus ricos puertos de comercio y sus opulentas ciudades han dado pie a preciosas leyendas, chismes de variada condición y novelas románticas, pero nada dura para toda la vida, y en 1930, con el mundo patas arriba y las viejas naciones perdidas en su propia decadencia, el fantasma de la revolución se atisba demasiado cercano. De modo que una guerra entre hermanos va a destrozar Nilidia una vez más, una guerra con bandos pero sin principios, con ideales ondeados en banderas cubiertas de sangre. Una guerra entre el colonialismo caduco y el añejo deseo de libertad, aunque sea a cualquier precio. Porque a las personas al final nunca nos importa quién gana las guerras, sino lo que hemos tenido que sacrificar para lograrlo.
¿Cuál ha sido tu fuente de inspiración?
«Nilidiam» es una novela de aventuras radicada en el norte de África, en una nación ficticia que sin embargo recuerda poderosamente a todos esos países un poco caóticos como Túnez, Libia o Argelia, lugares de recuerdo evocador pero donde siempre ha habido colonizadores a lo largo de la Historia: Roma, el Imperio Otomano o los propios invasores europeos, que se fueron de allí no hace mucho. Eso hace que, a la hora de proclamar una revolución islámica como la que cuenta el libro, ellos mismos no sepan muy bien cuánto de lo que son se lo deben a la influencia externa, y en qué se convertirán si la rechazan. Son todas esas personas reales y su empeño por encontrarse a sí mismas lo que en el fondo ha dado pie a «Nilidiam», aunque la localización sea enteramente inventada.
Tratándose de una novela histórica ¿Cuáles han sido tus fuentes de documentación?
Muchas y muy variadas. La historia transcurre en la década de 1930, en una costa africana donde las grandes potencias se reparten los territorios a su antojo. La Historia siempre ha sido mi gran pasión, por lo que ya contaba con abundante documentación sobre ambas guerras mundiales: hechos históricos, personajes… con especial hincapié en el colonialismo y sus consecuencias, que es un tema que me fascina. Además, ya había tenido ocasión de escribir algunos relatos ambientados en la misma época, lo cual ayuda bastante a ponerse en su piel y conocer mejor cómo actuaban.
¿A qué tipo de público va dirigido tu libro?
A todo el mundo. Aunque ya digo que la documentación es abundante, «Nilidiam» no pretende dar lecciones sobre nada, más bien entretener y contar una historia de aventuras en un trasfondo sociopolítico enteramente creíble. Cualquier persona que guste de las novelas dinámicas, vitales y que se leen de una sentada porque no puedes soltarla hasta que la acabas, tiene aquí su elección perfecta.
¿Cuáles son tus escritores de cabecera?
Tengo debilidad por muchos, como Arturo Pérez Reverte, Alberto Vázquez Figueroa, Alan Moore, Ian Fleming, Robert E. Howard, Arthur C. Clarke, Edgar Rice Burroughs, Henry Rider Haggard, Frank Herbert, Ed Brubaker, Hemingway, Frederick Forsyth, Michael Ende o Guillermo Moldes. Por desgracia, mi trabajo habitual como médico de familia no me permite leer todo lo que me gustaría, pero intento combinar autores clásicos con otros más actuales. La pila de libros por leer cada vez crece más y sin control, amenazando con devorar el resto de mi casa en poco tiempo.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto literario?
Sí, de hecho el proyecto inicial es que esta sea la primera parte de una trilogía de novelas que abarque todo el desarrollo de la revolución islámica en Nilidia, con su lucha y sus consecuencias, y que pueden ver la luz en años sucesivos. Aparte de eso, hay otras publicaciones que ya son una realidad, como mi participación en las antologías «Zombifícalo» y «XYY. Cromosoma asesino». E incluso otros proyectos de los que no puedo hablar, o tendría que matarte. En todo este empeño he tenido mucha suerte con Editorial Universo, que se dedica a apostar por autores noveles y abrir puertas a un mercado literario que implica mucho trabajo y una enorme dedicación, pero también una satisfacción inmensa y la sensación de un sueño cumplido. Esta es la primera vez que publico una novela, y eso se lo debo a la confianza que puso en mí la editora, Cristina Caviedes. Ahora solo espero que esa confianza se mantenga y poder trabajar mucho tiempo más en este mundillo que es nuevo para mí, pero que ya me está reportando muchas alegrías. Por lo pronto a los lectores les está gustando mucho la novela, ¡y ya es una sorpresa, porque yo pensaba que solo la leerían mi madre y unas pocas amigas suyas, y en cambio estamos agotando ya la tercera edición!