Eso me vino a la mente cuando visité el día de su inauguración «Aos olhos de Eduardo», una selección de setenta fotografías de Eduardo Teixeira Pinto, uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX portugués, que Afundación expondrá hasta el 5 de enero.
Mientras veía las imágenes de Amarante, sus gentes y el eterno río Támega, llenas de sencillez poética no estaba pensando en la organización del Estado Novo de Oliveira Salazar, más bien recordé, pensando en esa «microhistoria», aquella escena de la discreta película de Kessel, «Les amants du Tage», en la que Amalia Rodrigues cantaba «Barco negro» al pie de una escalera.
Cabe la reflexión ante esta fotografía urbana de los años 50, 60 del siglo XX, en la que lo analógico de la técnica formaba necesariamente a capturar la imagen en el lugar indicado, en el momento preciso, sin las ventajas de los ajustes automáticos de las cámaras digitales.
Dadas las características técnicas de la época, lo bello y lo acertado de la obra, podemos fantasear con la idea de que Eduardo Teixeira convertía a Amarante en un gran acting fotográfico a su servicio.
Estéticamente la exposición se hace muy asequible ya que las instantánea podría recrear cualquier población de Galicia, Amarante está muy cerca. Como la siempre injustamente ignorada cultura lusa, tan cerca y tan lejos.