Hemos comenzado por el Pazo, no podía ser de otra manera. Hemos tenido que pedir cita en una web habilitada para tal efecto y dejar datos como DNI, dirección, email y teléfono previamente. Después, desde esta web, nos envían confirmación de que podemos visitarlo durante los cuatro pases que hay todos los viernes del año. En esta ocasión hemos tenido la suerte de estar completamente solos, nadie más había solicitado la visita.
Nos recibe un caballero contratado por la familia Franco que nos irá mostrando todo lo que ellos consideran que se puede mostrar. Más bien poco, lamentablemente. Podemos fotografiar los jardines y en general toda la zona exterior, pero en cuanto flanqueamos la entrada del pazo se terminan la concesiones. Lo primero que se nos permite visitar es la capilla, allí se casó doña Emilia con dieciséis años. Podemos observar unos bonitos bordados en las sillas frente a los reclinatorios con alusiones a Avicena o Séneca que bordó la condesa con sus hijas un verano. También está aquí el sepulcro que doña Emilia mandó construir para que reposasen sus restos algún día y que sin embargo sigue vacío, pues finalmente falleció en Madrid y sus deseos no fueron cumplidos.
Por fin nos dirigimos a la entrada principal, el guía, muy profesional, se limita a mostrar las estancias que no sobrepasan la primera planta y hasta un punto determinado. Esto se resume al amplio vestíbulo, sobrecargado de paredes que muestran la amplia actividad cinegética de sus inquilinos más recientes (a doña Emilia me temo que le espantaría), un pequeño salón donde hay un pequeño busto de doña Emilia, otro de Carmen Polo, y retratos de personajes de la época de la condesa. De ahí pasamos a lo que fue en su momento un salón de baile con una amplia chimenea donde está esculpido el rostro de Don Quijote, capricho de doña Emilia. Se amontonan antigüedades que ha ido colocando la familia Franco, suponemos que la mayor aportación proviene de Carmen Polo que era muy aficionada a estas. El gusto nos ha parecido más que dudoso, pero claro, nosotros no somos expertos en el tema. También presiden las paredes un retrato del caudillo, otro de su esposa Carmen Polo, y un tercero de Carmencita Franco Polo en su juventud.
El despacho de Franco
La última estancia que se nos permite visitar es lo que fue en su momento la biblioteca y despacho de Franco, donde reposan ejemplares aun procedentes de la biblioteca de doña Emilia, unos ocho mil se calcula, que según algunas fuentes deberían estar en la biblioteca de la Real Academia Galega como tantos otros que fueron entregados por la familia Franco hace años, pero que en estos momentos se resisten a cambiar de localización (les han cogido cariño después de tanto tiempo nos tememos), aunque deberían estar en el lugar donde la condesa desearía que estuvieran. Las estanterías ocupan las cuatro paredes y una leyenda las rodea: «El genio es don divino, si Dios alumbró la vida con la inteligencia, la lectura te dará el saber. Campo de sabiduría es el tesoro que aquí hallarás fruto del empeño y la experiencia de siglos. En el reparto de tu tiempo triunfa el libro sobre las amistades y pasatiempos vanos. Preciosa prenda es la amistad pero por sabio, y generoso y leal, destaca el libro como el mejor amigo», aportación del caudillo que encargó el grabado.
El guía, un hombre muy simpático y amable, sin embargo, es reticente a dar más información que la que viene marcada en el guión, con lo que cualquier consulta dudosa tiene como respuesta el mutismo. Un gran profesional, sin duda.
Torres de la Condesa
Volvemos a los jardines, pues la visita al interior ha concluido en un visto y no visto. Nos deleitamos con las vistas, espectaculares, mas teniendo en cuenta que nos acompaña un día soleado y cuando salimos de Vigo el tiempo no presagiaba tanta clemencia.
Ya dirigiéndonos hacia la salida nos detenemos en una construcción más antigua que las Torres de la Condesa (Pazo para los Franco, a doña Emilia no le gustaba llamarlo así), que era el lugar dónde doña Emilia y su familia veraneaban antes de que se construyesen las Torres que ella y su madre doña Amalia concibieron según su esmerado gusto.A esta construcción la condesa denominaba Granja de Meirás. Ahora este inmueble es el alojamiento del personal que se encarga del mantenimiento exterior e interior del Pazo, los caseros.
En la explanada que precede a la Granja podemos observar un hórreo y un cruceiro que suponemos, pero solo suponemos, deben formar parte de los muchas piezas arqueológicas que los Franco expoliaron de otros Pazos de Galicia, era conocida la afición de Carmen Polo por llevarse a su residencia de veraneo todo lo que le gustaba. Recientemente, 18 asociaciones del Ayuntamiento de Dodro (A Coruña) reclamaron «la devolución de lo expoliado».
Después de unos cuarenta y cinco minutos ya estamos en la amplia puerta de hierro que conduce a la salida, suponemos que nuestra visita se ha dilatado más de lo habitual porque hemos sido muy preguntones, aunque no hayamos recibido ninguna respuesta. Sin embargo creemos que la visita ha merecido la pena, Las Torres son espectaculares.
Jardines de Méndez Núñez
Ahora nos dirigimos hasta A Coruña, en concreto nuestra primera parada son los jardines de Méndez Núñez dónde está erigida una hermosa estatua de nuestra protagonista. Actualmente no podemos ver la original, de piedra, pues el vandalismo urbano ha hecho mella en ella y se encuentra descansando en un antiguo almacén perteneciente al Ayuntamiento en espera de una buena ubicación. La réplica es de bronce, un material más sufrido aunque no tan bello desde nuestro punto de vista, pero qué le vamos a hacer.
Nos vamos hasta la plaza de María Pita a tomar unas cañas y un tentempié que nos permita continuar la ruta sin sufrir una hipoglucemia, los estómagos comienzan a rugir…
Ya recuperados, nos dirigimos a la Iglesia de Santiago y fotografiamos el pórtico lateral, pues doña Emilia se inspiró en él para reproducirlo que el pórtico de la capilla de Meirás.
Nuestra penúltima parada se encuentra en la calle Tabernas, en un caserón blasonado del siglo XVIII donde actualmente se encuentra la Real Academia Galega. Aquí transcurrió la infancia de doña Emilia y gran parte de su juventud hasta que decidió trasladar su residencia definitiva a Madrid, acudiendo los veranos a Las Torres de Meirás, lugar dónde escribió gran parte de su amplia cosecha bibliográfica.
Entrevista con la condesa
Y por fin llega el momento más esperado durante todo el día. Vamos a conocer a la actual Condesa de Pardo Bazán, doña María del Carmen Colmeiro y Rojo, presidenta de la Cruz Roja de Galicia e hija del anterior Conde de Pardo Bazán don Jose Carlos Colmeiro Laforet. Don Jose Carlos era oriundo de la ciudad de Vigo donde desarrollo gran parte de su carrera profesional como ginecólogo, sin embargo era un viajero incansable que se formó en Santiago, doctoró en Italia y especializó en Alemania. En los oscuros tiempos del franquismo el Conde de Pardo Bazán fue un pionero en abordar el tema de la sexualidad, escribiendo varios libros, muchos publicados en alemán, así como coeditando junto con otros colegas de profesión la «Revista Internacional de sexología». Su hija es una mujer encantadora, cercana y muy activa que se ofrece ayudarnos en todo lo que esté en su mano. Nos gustaría saber más sobre su padre y ella misma , pero esta apasionante vida creemos que merece ser contada con más detenimiento, con un reportaje propio ,por lo que hemos conseguido que doña Carmen, actual Condesa de Pardo Bazán nos conceda pasadas las fiestas, pues ahora sus compromisos profesionales la mantienen muy ocupada, una entrevista para hablar con más detenimiento de la figura de su padre y la propia.