Las cámaras y los teléfonos de propios y foráneos siempre buscan los lugares más emblemáticos de las ciudades que visitan. En la ciudad de Vigo se pueden encontrar muchos motivos para ser fotografiados y entre ellos destaca la estatua El Sireno, una colosal figura que tiene parte de hombre y parte pez, realizada en acero inoxidable y montada sobre dos altísimas columnas de granito negro pulido. Se trata de una obra del pintor y escultor Francisco Leiro, natural de Cambados. El Sireno, además de no dejar a nadie indiferente, también sirve como punto de referencia al estar ubicado en la céntrica Porta do Sol viguesa. Fue instalado en el año 1991, cuando el alcalde socialista Manuel Soto Ferreiro (1979 – 1991) promovió el embellecimiento de la ciudad con algunas estatuas singulares realizadas por prestigiosos autores. Esas obras pasaron inmediatamente a formar parte de la vida cotidiana viguesa, aunque ninguna de ellas consigue concentrar tanta atención como la que ahora comentamos, por eso se puede afirmar que sus piernas son, sin duda, las más fotografiadas de la ciudad.