El frío estadio del Getafe ha sido testigo de algunos de los capítulos más amargos de la historia reciente celeste. El 16 de febrero de 2013, el Celta encajó allí una dolorosa derrota (3-1) en un muy mal partido. El conjunto celeste marchaba antepenúltimo y acumulaba seis encuentros sin ganar. Dos días después, Paco Herrera desayunó con la noticia de que no seguiría en el banquillo vigués y que su sustituto sería Abel Resino. La derrota en Madrid agotó la paciencia de Carlos Mouriño, que solo unas semanas antes había asegurado que Herrera seguiría siendo entrenador del Celta incluso si el equipo bajaba a Segunda.
El Alfonso Pérez tampoco le trae buenos recuerdo a Luis Enrique Martínez. El técnico asturiano recibió duras críticas después de que su equipo perdiese en este escenario (2-0) la temporada pasada. El partido se jugó entre semana y Luis Enrique decidió reservar a muchos de sus teóricos titulares, dando entrada en el once a algunos futbolistas que no volverían a gozar de muchas más oportunidades, como Bellvís o David Rodríguez, y a otros que tuvieron durante todo el curso el rol de suplentes, es el caso de Levy Madinda o Aurtenetxe. Posiblemente, este fue el peor partido del Celta de toda la temporada pasada. Eso sí, no tuvo consecuencias mayores para el entrenador, ya que se trataba aún de la sexta jornada.
Ese margen que tenía Luis Enrique antes de visitar Getafe, es mucho más pequeño este año en el caso de Berizzo. El entrenador argentino comienza a estar cuestionado. El Celta no gana en Liga desde noviembre y está sumido en su peor racha de resultados en 29 años. Las críticas comienzan a dirigirse hacia el banquillo, sobre todo después de la derrota de este sábado ante el Espanyol. El conformismo de Berizzo, que solo hizo un cambio (y defensivo), fue una de las causas de una derrota muy dolorosa. La gestión de los partidos del técnico argentino comienza a ser un motivo de controversia entre la afición celeste.
El flotador al que se puede agarrar Berizzo es que el Celta no está pasando muchos agobios clasificatorios por el momento. Es undécimo, con un margen de cinco puntos sobre los puestos de descenso, Pero si los resultados no cambian próximamente, es posible que Carlos Mouriño vuelva a perder la paciencia.