Según informó este martes el IEO, en Galicia se centra la mayor parte del trabajo sobre el cultivo del mero debido a las grandes posibilidades que ha despertado esta especie entre los acuicultores. Se trata de una especie de rápido crecimiento -puede llegar a crecer del orden de seis kilogramos por año- y con un alto precio en el mercado. Además, es una especie sometida a gran presión por el sector pesquero, tanto profesional como deportivo, y está incluida en la lista roja de especies en peligro de extinción. Prácticamente toda la cherna desembarcada en nuestros puertos procede de los caladeros de las Islas Azores pero la distribución geográfica de esta especie es prácticamente universal.
Liderado desde Vigo
Esta parte del proyecto de la cherna o mero está liderada por el Centro Oceanográfico de Vigo, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía y participan en él además, la Consellería do Medio Rural e Mariño de la Xunta de Galicia -con sus centros de CIMA (Vilaxoán) e IGAFA (Illa de Arousa)- y el Acuarium Finisterrae del Ayuntamiento de la Coruña. Este proyecto está también apoyado por empresas del sector interesadas en el desarrollo de esta tecnología y el Acuario do Grove, quien también colabora en alguna de las tareas.
Además, participan otras instituciones españolas y europeas como son el Hellenic Center for Marine Research (HCMR), el Instituto Francés de Investigación para la Exploración del Mar (IFREMER), la Universidad de La Laguna, la Universidad de Las Palmas y el Israel Oceanographic and Limnological Research (IOLR).
«Hasta el momento los resultados obtenidos son esperanzadores y las posibilidades del cultivo de esta especie de gran valor comercial son realmente buenas», explica José Benito Peleteiro investigador del Centro Oceanográfico de Vigo y coordinador de los trabajos sobre el mero. Se ha descrito el ciclo reproductivo de la cherna, se han desarrollado protocolos de inducción hormonal de desove y procedimientos de fertilización in vitro, se han formulado dietas para reproductores y larvas y se ha elaborado un estudio de mercado sobre el potencial de esta especie al corto y largo plazo, entre otras tareas. «Si todo va bien, en 10 años podríamos tener las primeras chernas de acuicultura en los mercados», comenta Peleteiro.
Desde este lunes y hasta el viernes día 13, el Centro Oceanográfico de Vigo del IEO organiza una reunión de trabajo del proyecto europeo Diversify, cuyo objetivo es desarrollar nuevos sistemas de cultivo y nuevos métodos de procesado y marketing para seis nuevas especies de acuicultura