El plan del Cholo le salió rana
Las siglas se han puesto de moda para denominar las delanteras más potentes de Europa. La BBC del Madrid con Benzema, Bale y Cristiano. La MSN para nombrar la formada por Messi, Luis Suárez y Neymar en el Barcelona y el domingo se estrenó oficialmente el tridente del Atlético, la GMT. Griezmann, Mandzukic y Torres formaron juntos de inicio por primera vez esta temporada y el Celta se encargó de amargarles el estreno. El experimento no le pudo haber salido peor a Simeone. Hacía mucho tiempo que el Atlético no sufría en sus carnes semejante meneo. Los celestes no se sintieron intimidados por la delantera rojiblanca y desde el primer minuto se sobrepusieron a sus rivales. El rudimentario centro del campo urdido por el Cholo con Gabi, Saúl y Mario Suárez -que sustituyó al lesionado Tiago a la media hora de partido-, se vio desbordado por el caudal ofensivo de los vigueses, que rozaron el setenta y cinco por ciento de posesión durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Pero a pesar de que el Celta había convertido al Atlético de Madrid en una caricatura de sí mismo los goles no llegarían hasta después del descanso, cuando Simeone ya se había dado cuenta de su metedura de pata. En la segunda parte deshizo el tridente al dar entrada a Cani por Torres. Pero ya era demasiado tarde. Los celestes estaban lanzados y aunque los atléticos recuperaron parte de la peligrosidad que les caracteriza, Nolito y Orellana los hundieron con sus dos goles. Partido para enmarcar de los celtiñas.
La intensidad y la personalidad celeste fue arrolladora
Muchos aficionados celestes seguramente se preguntaron al término del partido: ¿Dónde se había metido este Celta y por quién nos lo habían cambiado? Frente al Atlético, el grupo de Berizzo volvió a ser ese equipo que encandiló a media España con su impresionante inicio de temporada. Ese equipo que parecía haber desaparecido después de la victoria en el Camp Nou. Ese equipo que necesitó sentirse contra las cuerdas para regresar por sus fueros justo cuando el celtismo más lo echaba de menos. El Celta jugó un par de marchas por encima de las del Atlético de Madrid. Eficaz y mordiente en la presión, desarticuló por completo a los rojiblancos, que sin Koke ni Arda Turan se encomendaron al pelotazo y al talento de Griezmann. Mientras, los celestes imprimieron intensidad y personalidad a todas sus acciones. Gracias a esto, el Celta bailó al Atlético.
Al Atlético le crecieron los enanos
Nolito, Orellana y Krohn-Dehli se dedicaron a hacer diabluras en medio de todas las torres rojiblancas. Los tres jugadores dejaron claro que es mucho más importante la envergadura futbolística que la física. La terna celeste cuajó un partido soberbio. Orellana fue una pesadilla para Siqueira durante los noventa minutos. El lateral brasileño, que ya conocía las virtudes del chileno tras compartir vestuario con él en el Granada, no fue capaz de frenarle y necesitó continuamente el apoyo de sus compañeros. Poco le importó eso al ‘Poeta’, que además de burlar constantemente la defensa rival marcó un gol, que pudieron ser dos, si Moyá no realizase la parada de la jornada. Krohn-Dehli fue el maestro de ceremonias. El danés se benefició del trabajo de Augusto y Radoja en la contención para moverse con total libertad por la medular. Canalizó con oficio el fútbol celeste y regaló un par de pases imposibles. Berizzo le sustituyó en los últimos minutos para que se llevase el cariño del celtismo, que coreó al unísono «Krohn-Dehli quédate». Nolito, por su parte, volvió a demostrar que es el hombre más en forma de este Celta. Contra el Atlético provocó y transformó el penalti que abrió el marcador. Le salieron casi todos sus regates y participó en todas las jugadas peligrosas de los vigueses. El andaluz parece haber recuperado el estado de forma que le llevó debutar con la selección española. Por último, también resultó determinante Sergio, que justo en el momento que el Atlético más apretó en busca del empate hizo un par de intervenciones de mérito, una de ellas con la ayuda inestimable del palo derecho de su portería.