Esta semana, cada vez que hay emisión local, se habla del gran derbi, el Dépor-Celta del sábado, que de casualidad coincide con nuestro derbi, el Academia Octavio-Teucro. Esta coincidencia hace que se hable un poco menos de nuestro partido, ya que el tiempo de deportes es limitado. Si no hubiesen coincidido en el tiempo, a lo mejor teníamos algo más de atención. No lo digo como crítica a los medios, la atención va en medida de lo que vendemos, aunque sobre todo esta semana de derbi, se nota mayor actividad a ese respecto.
Las distancias son normales dada la afluencia de masas que mueve el fútbol y la crisis en la que vivimos actualmente en el balonmano. Cuando pasan estas cosas (con bastante envidia cochina), siempre me vienen a la cabeza compañeros que están en otras ligas… Ellos me cuentan que en otros países esto no es así: la diferencia con el fútbol es palpable, sí, pero ellos sí que venden bien nuestro producto, el balonmano, y eso se hace notar en los medios de comunicación.
Soy uno de los «veteranos» este año en el Octavio. Echando la vista atrás, y haciendo memoria, será mi cuarto derbi contra el Teucro, los dos de la temporada pasada, el de la ida en Pontevedra y el del domingo en Navia. Y es un dato curioso, pero que se explica porque varios años el Octavio y el Teucro no estaban en la misma categoría. Para hablar de la experiencia de haber jugado muchos más de estos enfrentamientos, tenemos al capitán Cerillo y al eterno Josito.
Históricamente, hasta donde yo recuerdo, este derbi siempre ha juntado a dos equipos igualados, dos conjuntos que luchaban por los mismos objetivos, o mantener la categoría en la Liga ASOBAL o ascender a ella si se estaba en la segunda categoría. Este año, las cosas son diferentes. Ambos equipos estamos por encima de las expectativas y con un cómodo colchón sobre nuestros objetivos. Objetivos diferentes esta vez: el Teucro está en una inmejorable situación para volver a ASOBAL y nosotros con ocho puntos de ventaja sobre nuestro objetivo de mantener la categoría.
Los derbis suelen ser partidos de mucha tensión, por razones clasificatorias normalmente, ya que solían ser rivales directos. Esta vez, los dos equipos llegamos con los deberes hechos y esa presión debería ser menor ya que, gane quien gane, no le supondrá un lastre en la clasificación. Aunque queda un tercio de liga, parece que el resultado no será determinante en este aspecto.
Me vienen a la cabeza derbis entre el Teucro y el Octavio con plantillas plagadas de extranjeros, internacionales en muchos casos. Partidazos, siempre. La crisis tiene sus cosas malas, pero en mi opinión, es un gustazo jugar un partido como este, con dos clubes históricos, y su histórica rivalidad con tanta juventud, canteranos y jugadores gallegos.
Toda esta semana se palpa algo especial, cosa que a mí particularmente no me gusta mucho, pero se nota que algo es diferente… Además, los jugadores estamos preparando el partido con la máxima ilusión, para hacer un gran encuentro y que sea una fiesta del balonmano de nuestra provincia.
Estamos entrenando con la máxima motivación. Estos son los partidos bonitos de jugar y Jabato y Peque nos están enchufando más de lo normal, si cabe, para poder afrontar el partido contra los líderes con garantías de poder competir. Ese es nuestro objetivo para el derbi: competir como lo hemos hecho contra otros equipos de la zona alta de la clasificación.
El derbi será especial por los reencuentros con compañeros, con Quique, y por la cantidad de público. Jugaremos en Navia, pabellón especial para el Octavio, donde prácticamente se logró el último ascenso del club a ASOBAL… y curiosamente con Quique como entrenador y conmigo como rival del Octavio (jugaba en Huesca y nos pegábamos por el ascenso directo).
Estoy seguro de que nuestra gente nos llevará en volandas, como ya lo han hecho durante todo el año. Nosotros prometemos la entrega e ilusión de siempre. El ambiente será muy bonito y… ¡qué gane el mejor! Que espero… ¡sea el Octavio!»
#XuntosSomosMáisFortes
#ODerbiGalego
Jorge García Lloria