El ex entrenador del Celta admite que esta derrota es dura: «Perder el derbi es doloroso, una gran decepción, es la otra cara de la victoria, pero hay que levantarse, pensar en el siguiente partido. Hemos dado todo, no hay nada que reprochar al equipo, ha habido muy buena actitud, hemos intentado todo para ganar y te queda el dolor y la decepción porque no le pudimos dar nada a la afición, pero la lucha continúa y esto va a ser largo y duro».
Cree que la segunda amarilla a Lopo acabó con todas las opciones de su equipo: «En la jugada previa tuvimos una doble o triple oportunidad para empatar, después esa acción en el medio del campo nos costó la expulsión y eso ha desnivelado mucho el partido por la desventaja en el marcador y numérica. Aún así el equipo fue muy honesto y honrado y siguió trabajando».