El Polar Pod igual que un satélite. La idea de la expedición Polar Pod es poder realizar la toma de información de datos, y observación, del clima alrededor de la Antártida. Único continente que no tiene otra masa de tierra continental a su lado, tan solo agua y los hielos.
La idea del Polar Pod nació en 2011, momento en el que se diseño la estructura donde se instalarían todos los equipos de medición y el habitáculo para los científicos, su espacio vital con camarotes. Así como el proyecto científico y la captación de recursos económicos.
La Antártida juega un importante papel sobre el comportamiento del clima a nivel global, pero su lejanía y aislamiento impide que pocas expediciones logren recursos para realizar estudios in situ, siempre con un alto coste económico. Así que la expedición Polar Pod está creando grandes expectativas dentro de la comunidad científica.
La estación Polar Pod no solo permitirá la captura de datos, y la observación en el lugar, sino que vía satélite transmitirá información a científicos que también estén implicados en el proyecto pero en otras localizaciones continentales. Se compartirá la expedición a tiempo real, imagen sonido y conversación.
Utilizando el concepto de las plataformas FLIP. El diseño de la estación Polar Pod se basa en el concepto de las plataformas flotantes estadounidenses FLIPS creadas en 1962.
Las FLIPS (Floating Instrument Platform) fueron diseñadas por Philip Rudnick, Fred Fisher y Fred Spiess; originalmente para estudiar la acústica submarina, en concreto de mamíferos porque permite colocar hidrófonos muy por debajo de la superficie del mar. Una plataforma FLIPS se tiene que remolcar hasta el lugar donde se pretende ubicar, donde la ponen en posición vertical en unos 20 minutos. Tiene una capacidad para que 11 personas puedan trabajar durante un mes.
Partiendo del concepto de las FLIPS, la Polar Pod es además orientable en su navegación a la deriva alrededor de la Antártida, porque en su parte superior lleva una estructura con unos brazos a cada lado con paneles móviles. El control de apertura de los paneles permitirá a los científicos controlar la dirección de la deriva que se pretende llevar, en función del viento reinante, las corrientes o el estado de la mar. Y con los 100 metros que tiene de altura, y 720 toneladas de peso, se cree que aguantará los envites de los 50 aullantes.
También basado en el concepto de las FLIPS, los noruegos han creados los Hywind, grandes aerogeneradores flotantes anclados en alta mar para la producción de energía eléctrica, con capacidad de producir 2,3 megavatios.
A 19 metros sobre el nivel del mar. Esa es la altura que se verá del Polar Pod, el resto de sus 100 metros de estructura cilíndrica estará sumergida. Y en su interior podrán vivir 7 personas durante 6 meses gracias al aislamiento térmico eficiente, dicen que será una verdadera «casa de energía positiva». De hecho utilizará tres aerogeneradores de 2,5 KW que les permitirá tener electricidad para todos los sensores de medición, iluminación, telecomunicaciones, ordenadores, desalinizadora de agua de mar, agua caliente y cocina. Energía eléctrica que almacenaran en baterías de Ion-Litio.
La estabilidad de la Polar Pod está asegurada, dicen que apenas tendrá un leve balanceo, menos de 5º, y el movimiento vertical no superara el 10% (unos 10 metros, arriba y abajo); y porque llevará un lastre de 150 toneladas de peso. Por otro lado, a diferencia de un buque convencional, el Polar Pod se moverá al ritmo del mar, no tracciona contra las olas, es como una boya flotante a la deriva.
A bordo del Polar Pod se podrá estudiar el comportamiento del CO2 entre la atmosfera y el océano, la dinámica de las olas, validar datos satélite a nivel del mar, medición de corrientes y perfil de los océanos, recogida de plancton, registro de transmisiones acústicas de mamíferos marinos y del kril, y el ruido del fondo marino; la medición de los aerosoles y la medición de sus fuentes, y la observación de la fauna marina: ballenas, aves marinas…
La corriente marina más poderosa. Es la masa de agua que rodea el océano antártico, la cual gira sin parar alrededor de la Antártida. Cubre una superficie de 24.000.000 Km2, 24.000 Km (15.000 millas náuticas) de largo por 1.000 Km (620 millas) de ancho. O lo que es lo mismo, el total de superficie de América del Norte. Siendo la corriente más poderosa del planeta, que impulsada por los vientos de los cincuenta aullantes, nadie la detiene.
Una gran masa de agua que juega un importante papel en la absorción del dióxido de carbono, emitido por las actividades humanas y que absorbe sus frías aguas. Hace de correa de transmisión entre las aguas de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico y las frías aguas del océano Antártico. Que ayuda a aislar a la Antártida de los flujos del calor de latitudes más septentrionales gracias el frío antártico. Y es la principal fuente de formación de las aguas profundas oceánicas del mundo, gracias a los periodos de congelación y descongelación alrededor de la Antártida.
El alma mater del proyecto Polar Pod. Siempre hay un líder natural tras un gran proyecto, y en esta ocasión es el Doctor Jean-Louis Etiene el que tira de la expedición Polar Pod.
Etienne, doctor en medicina y explorador, tiene un largo currículo profesional y aventurero en los polos Ártico y Antártico. Resaltar las expediciones: North Pole en marzo y abril de 1986, realizó dos expediciones en Groenlandia, en 1979 y 1988; cruzo la Antártida entre julio de 1989 y marzo de 1990; en 1982 a las montañas de la Patagonia, y en 1991 otra exploración marina por la misma zona; entre agosto de 1991 y febrero de 1992 estuvo navegando a vela por la zona antártica entre Tierra del Fuego y las islas Georgia del Sur; la expedición Clipperton en el océano Pacífico entre diciembre de 2004 y abril de 2005, o la Generali Artic Observer en 2010.
Además, ha escrito unos quince libros de todas sus aventuras y desventuras expedicionarias. Se pueden ver ocho documentales sobres sus expediciones. Y es un conferenciante nato ante instituciones públicas, tanto científicas como políticas, e instituciones privadas como las empresas: IBM, France Télécom, Société Générale, Areva, Adem,Stade de France, Air Liquide, Total, Groupe Leclerc, Véolia Environnement, Renault, Eco Emballage, Crédit Agricole, Gaz de France y Unilever.
Además es un gran seguidor de la regata Vendée Globe (vuelta al mundo a vela, sin escalas ni ayuda externa), sobre la cual ve muchos paralelismos con sus expediciones polares: «Tanto en montaña como en el mar uno depende de los elementos. Hay que tener la inteligencia del terreno para adaptarse a las condiciones que te caen encima. Aunque estén extremadamente bien equipados en cuanto a comunicaciones, GPS, mapas meteorológicos y más cosas, están solos en sus barcos y no pueden equivocarse. Las condiciones meteorológicas no siempre son las anunciadas. Sus opciones tienen que venir dictadas por tanto por su instinto marinero. La Vendée Globe sigue siendo una regata en la que el candidato depende de su instinto marinero.»
Y también sabe lo que es el aislamiento, lo que vivirán los científicos en la plataforma Polar Pod, y que también se vive en la Vendée Globe: «El aislamiento es duro sobre todo cuando las condiciones son difíciles, cuando no se avanza, cuando se rompe, cuando las cosas no suceden como uno esperaba. Lo he vivido en mis expediciones. Y con la experiencia me he apropiado de la expresión ‘sacar siempre el sueño a la superficie’. Cuando se tiene un sueño como la Vendée Globe, se buscan los medios, el barco… Y cuando se consigue, uno se compromete con algo que es tan duro que a veces te sobrepasa. Pero se está haciendo algo que nos hace soñar y que hace soñar a todo el mundo, por lo que uno se repite ‘no soy desgraciado, hago algo que me ha hecho soñar’. Solo en el mar, no tienes a nadie para animarte y hay que echar mano de las propias fuerzas que vienen de este sueño de salida».
Una expedición de gran valor científico, seguro que también será un gran reclamo para los turistas antárticos el poder ver al Polar Pod navegando a la deriva.
Polar Pod from Sylvain Bergeon on Vimeo.