Habían despegado en el Lago Constanza en Suiza y pensaban llegar hasta Lisboa, pero en plena travesía a causa de una violenta galerna necesitaron amerizar en algún punto del Cantábrico. Lindbergh envió entonces un radiomensaje al embajador norteamericano en Madrid, pidiendo permiso urgente al Gobierno de España para poder amerizar. Al llegarle el O.K., eligió la bahía santoñesa yendo a posarse en las cercanías del canal de San Jorge.
Ayudado por un pescador local que lo acercó hasta el muelle y de allí hasta el edificio de la Aduana, dirigiéndose entonces a la fábrica Albo para que alguien le hiciera de intérprete. La pareja entonces acompañada por Venancio Albo fueron llevados hasta su vivienda familiar donde fueron agasajados como correspondían.
A las doce de la mañana del domingo 12 de noviembre Charles Lindbergh acompañado de su esposa, de la familia Albo y otros miembros de la localidad acudieron al Ayuntamiento donde fueron recibidos por el Alcalde, concejales y demás autoridades locales (foto de la derecha). El numeroso público congregado en la plaza acogió a la pareja con una gran ovación.
A primeras horas del dia siguiente lunes, Lindbergh y esposa visitaron la fábrica Albo donde fueron recibidos por los directivos y trabajadoras de la empresa. Una vez terminada la visita la pareja regresan de nuevo al hidroplano, y a las 10.15 horas el Albatros se deslizó por la bahía y minutos despues despegó.
Antes de alejarse dio dos vueltas sobre la villa, mientras numerosas personas lo contemplaban. En agradecimiento Lindbergh hizo llegar al alcalde de Santoña un mensaje dando las gracias por el trato recibido.
Lindbergh «ameriza» en el Miño
La pareja continúa el vuelo hacia Lisboa pero a la altura de Vigo vuelve a sufrir problemas con el mal tiempo. Debido a esto Lindbergh abandona la costa y decide seguir la ruta hacia el interior para evitar la tormenta. La lluvia y la niebla son cada vez más intensos y llega un momento en que el piloto norteamericano no sabe dónde se encuentra.
Al fin divisan un río que serpentea hacia el oeste y lo siguen buscando una zona tranquila del mismo. La niebla era cada vez más baja por lo que Lindbergh volaba a poca distancia del agua hasta que vio un lugar del río propicio para acuatizar.
El piloto consiguió posar el aparato en una zona de aguas tranquilas, sin saber que estaba en plena frontera hispano-portuguesa, en las proximidades de la localidad pontevedresa de Caldelas de Tuy. Lindbergh observa entonces que desde las dos orillas varias personas comienzan a remar hacia ellos.
El periodista del Faro de Vigo J.A. Otero nos cuenta la versión de Anne Morrow, la esposa de Lindbergh:
«Agarré un diccionario de español y grité, acompañándome con gestos apropiados: «Mal tiempo, Santoña-Lisbon, mal tiempo, no puede Lisbon aquí? ¿Persona inglesia?» (en español en el original). Quizá me entendieran, o simplemente fue mero sentido común, pero lo cierto es que acudieron al pueblo más cercano a buscar a alguien que entendía el inglés, y que lo hablaba en una extraña mezcla de portugués y neoyorquino. Pero mientras tanto, mi marido había tenido más éxito que yo al enseñar un mapa y hacer que nos señalaran el lugar en que nos encontrábamos. Resultó que estábamos en el río Miño, en la frontera entre Portugal y España, entre los pueblos de Tuy en el lado español y Valença en el portugués».
Al difundirse la noticia Charles Lindbergh y esposa son recibidos y agasajados por las autoridades de Valença do Minho.
Al dia siguiente con un dia lluvioso, la idea de Lindbergh es partir cuanto antes, por lo que a las diez de la mañana estaba en el río controlando la profundidad de la zona y solicita a las autoridades un parte del tiempo para ver si es posible su partida. La zona está llena de curiosos de ambas márgenes que quieren ver al piloto norteamericano. El pronóstico del tiempo es negativo por lo que la partida se pospone hasta el dia siguiente.
La pareja acepta entonces la invitación del comandante de Marina de Tuy para trasladarlos por el río hasta Valença de Minho en compañía del alcalde de Valença. Lindbergh les habla del sentido de su viaje, mencionando que estudia el modo de mejorar las rutas aéreas entre Europa y América desde el punto de vista técnico.
La pareja (imagen de la derecha) fue invitada a almorzar en el Hotel Valençano en Valença de Minho con las autoridades españolas y portuguesas. Al finalizar fueron invitados por el comandante de Marina a su residencia a tomar un refrigerio.
Al finalizar se desplazaron hasta la oficina de telégrafos de Tuy para que Lindbergh pudiera cursar un telegrama, después de lo cual la comitiva fue hasta la catedral por expreso deseo de Anne Morrow, esposa de Lindbergh, donde fueron recibidos por el deán del templo que les mostró las obras de valor del mismo.
Al dia siguiente, el piloto se acercó hasta su aeronave para hacer todos los preparativos necesarios para su viaje a Lisboa. A las 10.45 horas la aeronave Albatros estaba en un lugar del río propicio para iniciar el despegue, con las orillas repletas de gente que quería ver partir el hidroavión.
Lindbergh se dirigió a las autoridades locales de ambos paises agradeciéndoles sus atenciones durante su estancia en la zona, estrechando la mano de todos ellos. Unos minutos después el Albatros inició la maniobra de despegue elevándose majestuosamente siguiendo el curso del río hasta su desembocadura poniendo entonces rumbo a Lisboa.
Fuente: 25 Empresas del Vigo de siempre. Ed. Cardeñoso.
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