En el norte de Europa es frecuente que los ciudadanos se desplacen en ese vehículo de dos ruedas y a veces con tres ruedas, que en ocasiones presentan formas poco habituales y sorprendentes para nosotros, incluso con remolque para llevar niños, animales domésticos o paquetes. De modo análogo a los taxis, existen triciclos capaces de llevar dos pasajeros en el asiento posterior, mientras el conductor pedalea por el asfalto realizando el servicio.
En ciudades como Londres disponen de baterías de bicicletas en varios puntos de la ciudad que los usuarios, mediante una tarjeta que ser recarga en una entidad bancaria, recogen en un punto, la utilizan, y luego la depositan en un anclaje de otro lugar; un sistema que se va implantando también en otras ciudades. Pero la infraestructura básica necesaria para convertir en realidad esta posibilidad de transporte ecológico son los carriles bici, mucho más adecuados que la utilización de las aceras -que deben exclusivas ser para los peatones- y Vigo debe apostar por esa vía; sin duda, sería un éxito.