En aquellos tiempos los medios locales se hacían eco de dicho problema denunciando la paralización que sufrían las obras tras casi dos décadas desde el comienzo de las mismas. El gobierno de la nación aprobaría al fin el proyecto en 1860, pero no sería hasta 1863 cuando las obras son concedidas a Juan Flórez, comenzándolas el 23 de julio del mismo año.
Al fin 21 años más tarde, el 18 de junio de 1881 se pudo inaugurar la línea Vigo-Ourense, según nos cuenta el cronista local Xosé Mª Álvarez Blázquez: «A las 6.40 h de la madrugada de aquel día, en medio de la algazara popular, sones de música y estallido de cohetes, arrancó de la estación viguesa el primer tren con destino a Orense. Lo componía una locomotora y tres vagones a techo descubierto engalanados con gallardetes. Los jubilosos viajeros abarrotaban los departamentos y se asomaban a las varandas, despidiendo sombrero en alto a familiares y amigos. Las autoridades locales emprendieron también el intrépido viaje bajo protectores quitasoles».
Continúa don Xosé María: «Esta conquista espléndida del ferrocarril, en cuya iluminación había puesto la ciudad sus más acendrados empeños durante varios lustros, no se alcanzó sin una serie de batallas de todo tipo. No fue la menor de ellas la de las rivalidades localistas, por cuanto otras ciudades de Galicia, Pontevedra y La Coruña especialmente, temían que al adelantarse Vigo en el logro quedasen sus aspiraciones postergadas indefinidamente».
Sigue el cronista: «Se sacaron a relucir otros proyectos y planes que dejarían al margen el sur de Galicia, para la unión por vía férrea de estas tierras con el norte peninsular y Castilla. Vigo, por su parte, defendía la doble conexión con Ourense y Oporto, como primer paso, mientras los tramos Vigo-Pontevedra y Pontevedra-Carril se consideraban de realización inmediatamente posterior».
(Arriba, recorte sobre el ferrocarril en la prensa local).
Finaliza Álvarez Blázquez: «Esta idea fue la que al fin prosperó, pero no sin que las fuerzas vivas, la prensa y las instituciones de aquellas otras ciudades regateasen a Vigo con extraordinaria tenacidad el gozo de ver arrancar de su flamante estación el monstruo de hierro. En esta pugna por la primacía, Santiago se adelantó a las demás poblaciones gallegas, ya que el tendido hasta Carril se inauguró en 1873. Era todavía un modesto recorrido y lo que más se ansiaba era la unión con Castilla».
Podemos precisar que las locomotoras que recorrían la línea Vigo-Ourense eran, entre otras, las de la serie Mikado (foto inferior derecha), importadas de Inglaterra, donde fueron fabricadas por la North British Locomotive.
El proyecto del ferrocarril vigués contemplaba también la construcción de un ramal hacia el puerto y las conexiones con Pontevedra, con Portugal y la línea con Monforte de Lemos, que era el nudo ferroviario por donde entraría el tren en Galicia procedente de la meseta.
La conexión de Vigo con Pontevedra tuvo lugar el 30 de junio de 1884, al inaugurarse el tramo de Redondela a la capital de la provincia. Habían transcurrido poco más de tres años desde la puesta en servicio del trazado Vigo-Orense. El billete de Pontevedra a Vigo costaba 1,65 pts y el de Pontevedra a Orense 7,25 pts.,con clase única.
El ramal al puerto se pudo hacer gracias a que Jose Elduayen consiguió, no sin dificultad, la suma de 200.000 pts. por parte de la Diputacion Provincial. Las obras no se inician hasta 1897 y al año siguiente se hace el tendido de vías estrictamente portuario que llega hasta el muelle de hierro.
(Mapa de la Red de Ferrocarriles del Noroeste de España).
Por otra parte, en la década de los años 20 del pasado siglo, muchas compañías ferroviarias españolas sufren grandes problemas financieros, por lo cual pasarían a formar parte de la Compañía Nacional del Oeste, empresa creada a tal fin.
Despues de la Guerra Civil, el Estado se va a hacer cargo de todas las compañías ferroviarias del país, creándose la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (RENFE) en 1941.
La estación viguesa
La zona situada al final de la calle Lepanto fue la escogida para la construcción de la nueva estación del ferrocarril en Vigo. El proyecto de la misma fue elaborado en 1860 por el ingeniero Francisco Javier Boquerín y las obras concluyeron en 1878, tres años antes de la finalización de la línea Orense-Vigo. En la parte más alta del edificio se grabaron en piedra las iniciales V y O que correspondían con las poblaciones que desde entonces quedarían unidas.
La estación viguesa tenía una disposición en planta en forma de U (en la imagen de la derecha, la estación primitiva). Del cuerpo principal partían las dos alas, entre las cuales se situaban los andenes de vajeros con tres vías. Se construyó con un cuerpo central de dos plantas y dos alas laterales que eran de planta baja.
La estación sufrió una ampliación en 1923, ya que se construye una nueva planta en las alas laterales quedando a la misma altura de la parte central del edificio.
A finales de los años 80 se construye una marquesina en el frente del edificio que consigue afear la estética del mismo. A finales de los años 90 el edificio de la antigua estación fue desmontado (desconociéndose el destino de las piedras que lo conformaban), para poder construir la nueva estación de la ciudad.
Hoy 134 años después de la llegada del tren a Vigo, celebramos que el AVE y la nueva estación ya sean una realidad. Este hecho, unido a la existencia de la línea viguesa de la autopista del mar y los nuevos vuelos del aeropuerto, supone un gran logro en las nuevas comunicaciones de nuestra ciudad.
Fuente: «Vigo en el siglo XIX. De la antigua villa a la ciudad moderna». Xosé Mª Álvarez Blázquez
Otros artículos de «El Vigo de otra época»:
Citroën. La fábrica de Pamplona que acabó en Vigo.
Manuel Álvarez e Hijos SA. Cómo salvar tu fortuna cuando todo parece perdido.
Bernardo Alfageme. De Zamora a Vigo con escale en Candás.
El Cable Alemán (D.A.T.): Vigo y el Tratado de Versalles.
Cuando Charles Lindbergh amerizó en el Miño.
M.A.R., S.A. El grupo pesquero privado más grande de España.
Reconquista: Cuando Vigo derrotó a Napoleón.