El trayecto, con velocidades punta de 250 kilómetros por hora, pasará de los 120 minutos actuales a 65 mientras que la distancia entre Vigo y Santiago se reduce a 45 minutos y el viaje a Pontevedra será de apenas 15 minutos.
No obstante, este viaje no tendrá por ahora continuidad inmediata ya que la ministra manifestó que será a partir de abril cuando se comiencen a comercializar los primeros billetes. Por ahora, en la web de Renfe solo es posible reservar hasta el 6 de abril y a partir de ahí las ventas aparecen bloqueadas por lo que parece probable que sea después de Semana Santa cuando se active definitivamente el Eje Atlántico.
Con 37 túneles y 32 viaductos a lo largo de 155,6 kilómetros, la infraestructura ferroviaria que unirá las dos principales ciudades gallegas por alta velocidad ha supuesto una inversión superior a los dos mil millones de euros. Entre las actuaciones, el túnel de As Maceiras, con ocho kilómetros de longitud, y el viaducto sobre el río Ulla -el último en concluirse- ya forman parte de la historia de la ingeniería civil por su complejidad. En una visita a la ciudad, el entonces secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, se refería en 2010 a la dificultad de la orografía gallega tras ser preguntado por enésima vez sobre los plazos de llegada del AVE remarcando que, a lo largo de toda la vía, el AVE gallego es una sucesión de «túnel, viaducto, túnel, viaducto».
Estación de Guixar
A partir de abril, por lo tanto, la nueva estación del AVE de Urzáiz recibirá los trenes del Eje Atlántico mientras que los demás servicios de larga distancia seguirán teniendo como punto de partida y de destino la estación de Guixar. Así, las conexiones con Madrid, Barcelona, Bilbao y Portugal seguirán como hasta ahora ante la falta de una conexión entre la vía antigua y la nueva antes del túnel de As Maceiras, en Redondela. Las obras se iniciaron en marzo de 2009 con dos tuneladoras, «Lebre» y «Miñoca» horadando la tierra a lo largo de 8,2 kilómetros, y fueron adjudicadas por 183,2 millones de euros.
Éste permite entrar en la ciudad a una profundidad de 15 metros y llegar a la nueva estación de Urzáiz, que tras tres años de obras y una inversión de 140 millones de euros, ya está finalizada y lista para su puesta en funcionamiento. Pese a encontrarse bajo cota, las simulaciones de seguridad realizadas esta semana permitieron comprobar que la luz es una de sus principales características, junto con las decenas de columnas que la flanquean y que forman parte del diseño original del prestigioso arquitecto estadounidense Thom Mayne. Su proyecto para la parte superior de la estación, con una zona comercial y una gran plaza superior a la altura de Vía Norte, todavía no cuenta con inversores privados pese a que el Ministerio de Fomento reformuló la «faraónica» propuesta inicial para adaptarla a las nuevas circunstancias económicas.