Hace unos días se producía en Túnez un atentado que costaba la vida a una veintena de personas. Entre las imágenes que nos llegaban de ese triste acontecimiento, pudimos ver un vídeo en el que se ve salir a los policías que participaron en el asalto para liberar a los rehenes. Uno a uno van pasando entre sus compañeros, mientras estos les aplauden y les dan palmadas en la espalda. Tras ellos aparece una camilla con el cuerpo sin vida de Akeel, el perro policía que acompañaba a los agentes y que recibió un disparo mortal durante la operación. Los aplausos no sólo no cesan, sino que, además, se une algún grito de ¡Bravo! a la ovación.
Estas imágenes me han traído a la memoria el caso de Ajax, el pastor alemán perteneciente al Grupo de Explosivos del Servicio de Seguridad de S.M. el Rey que, en 2009, localizó una bomba adosada a los bajos de un vehículo en Palma de Mallorca. En este caso la suerte del can fue más afortunada y, gracias a él, la zona pudo ser desalojada y la explosión controlada, salvando así más de una vida.
Cuatro años después, Ajax recibía la medalla de oro que concede la organización benéfica People’s Dispensary for Sick Animals, máximo honor que se puede entregar a un animal por un acto de valor destacado, convirtiéndose en el primer perro español en recibirla.
Pasados unos días y siguiendo con los honores, Ajax fue recibido por el propio rey Juan Carlos I, siendo el primer animal en participar en una audiencia real.
Está claro que la valerosa historia de Ajax no es la única y muchos “agentes de cuatro patas” realizan grandes labores sociales y policiales durante su “vida laboral”, salvando vidas en un gran número de ocasiones.
Adopciones
Pero ¿qué pasa con estos fieles compañeros cuando alcanzan la jubilación?
En el caso de Ajax, pocos meses después de su condecoración le llegó el retiro. El perro fue trasladado al parque malagueño Lobopark, donde moría pocas semanas después por enfermedad, a los doce años de edad.
Tampoco todos los perros se jubilan tan tarde. Muchos lo hacen a partir de los ocho años. En casos excepcionales, y debido a lesiones o enfermedades, lo pueden hacer incluso siendo aún muy jóvenes.
Para darles un retiro digno y feliz a estos valientes, han surgido algunas organizaciones y grupos que se encargan de buscarles casas de acogida a los animales jubilados de las Unidades Caninas de los distintos Cuerpos de Fuerza y Seguridad del Estado.
¿Has pensado alguna vez en convivir con un policía o un bombero de cuatro patas retirado? O guardia civil, militar, miembro de protección civil, de equipos de rescate… Hay muchas unidades caninas.
Si estás interesado, puedes ponerte en contacto con estas asociaciones a través de sus páginas webs o de Facebook. Ellos estudiarán los perfiles de los solicitantes, buscando las casas que mejor se adapten a las necesidades de cada animal.
Tras una vida dedicada a velar por nuestra seguridad, merecen encontrar un hogar en el que descansar felices y tranquilos, en el que sean rápidamente un miembro más de la familia, ¿no crees?
Más información:
Héroes de 4 patas.
Retired Dogs 112.
Perros policía jubilados.