Un rincón tranquilo y apacible que en nada tiene que envidiar a lugares distantes y codiciados por quienes escapan en cuanto tienen la más mínima oportunidad vacacional. Porque, sin menospreciar esos lugares paradisíacos que nos muestran en la propaganda turística, Vigo tiene sus propios encantos y justo es que los vayamos considerando y valorando en su justa medida, con orgullo. En Vigo tenemos unas playas impresionantes, algunas de ellas incluso han sido el punto de mira de algunos medios de comunicación extranjeros, como es el caso de la playa de Rodas, en las islas Cíes; unos parques urbanos singulares, como El Castro, Castrelos, La Guía o La Riouxa, entre otros; unos agradables parajes de montaña próximos al mar que no suelen ser frecuentes en otras latitudes, de los que puede servir como ejemplo el parque forestal del monte Alba. Y por si todo esto fuera poco, la ciudad de Vigo, además de ser la ciudad más cosmopolita e industrial de Galicia y de tener algunas edificaciones con un enorme valor arquitectónico, en la actualidad presenta una oferta museística muy interesante, con obras que abarcan desde lo clásico hasta lo contemporáneo, con un comercio local muy atractivo y competitivo, y con una oferta gastronómica que resulta asequible y para todos los gustos. Por eso no nos equivocamos al afirmar que Vigo es un lugar lleno de rincones perfectos.