Sin embargo, los pobres hijos no siempre tienen tiempo o recursos para hacerse cargo de sus padres si ya no pueden valerse por sí mismos. Les asusta la idea de que vivan solos, por si olvidan tomar la medicación o sufren un accidente doméstico, pero saben que tampoco podrán cuidar de ellos si deciden acogerlos en sus casas.
Según cuenta Josué Gándara en su blog, la tecnología puede ser la clave para encontrar el punto medio, concretamente la ‘smart home’ y el llamado internet de las cosas. Cada vez hay más dispositivos y sensores que, colocados en los sitios adecuados, proporcionan a los familiares los datos suficientes para estar tranquilos si sus mayores viven solos o se quedan sin compañía cuando ellos están en el trabajo.
Aunque siguen siendo los jóvenes los que más acceden a internet en España, los datos del instituto nacional de estadística indican que el mayor crecimiento en el porcentaje de internautas frecuentes se produce en la franja comprendida entre los 55 y los 64 años: del 41,5% de la población en 2013 al 50,1% en 2014 (8,6 puntos porcentuales más).
La conectividad y el uso creciente de dispositivos móviles han incentivado que varias ‘startups‘ empiecen a ver un nuevo nicho de mercado. Es el caso de lively, una compañía que ofrece relojes inteligentes para recordar a los mayores la hora a la que deben tomar su medicación, informar a los hijos de los movimientos de sus padres y avisar a urgencias en caso de que se produzca algún accidente. Todo ello gracias a sensores que se colocan en lugares como el pastillero o el frigorífico (para detectar, por ejemplo, trastornos alimenticios).Como ha explicado Iggo Fanlo, cofundador de lively, la compañía pretende enfocar sus productos a dos públicos: el de las personas mayores y el de los hijos. Para los descendientes, los servicios de lively son un alivio, pero no tanto para los primeros, que pueden ver en el reloj y los sensores una amenaza a su privacidad.
Smartthings, la ‘startup’ que adquirió el pasado año Samsung para sumergirse en el mundo del internet de las cosas, también brinda un despliegue de sensores que se pueden instalar en el domicilio de las personas mayores. Varios de movimiento en la entrada y la cocina para detectar cuándo salen y cuándo comen; o en la habitación, para saber el momento en que se levantan o se van a dormir. Además, la empresa equipa la casa con enchufes, termostatos y cerraduras inteligentes y cámaras de vigilancia.Beclose es otra de las compañías que ofrecen este tipo de servicios. Sus sensores monitorizan las actividades de las personas mayores para aprender sus rutinas, y las muestra tanto a familiares como a cuidadores vía teléfono móvil o tableta. En España, la empresa domoalert ofrece también información de lo que ocurre en la vivienda de los padres a sus hijos, además de un botón de emergencia que pulsarán los mayores en caso de sufrir alguna caída.
Según las predicciones de Lauire Orlov, fundador de la consultora aging in place technology watch, en 2020, convertir la casa de nuestros padres en una residencia segura e inteligente será para las empresas un negocio de 18.000 millones de euros. Un despliegue de dispositivos conectados a la red que terminará con los miedos de los hijos y el miedo a la residencia de los padres.