22 de junio de 1997. Última jornada. El Real Madrid de Fabio Capello acudía a Balaídos tras proclamarse campeón la semana anterior. El Celta, por su parte, necesitaba una victoria para evitar complicaciones. Una derrota ante el Extremadura en la penúltima jornada le había dejado a 2 puntos del conjunto de Almendralejo, en puestos de descenso directo, y a solo 1 del Rayo, que ocupaba la posición de promoción.
Las concesiones celestes al campeón se acabaron tras el pasillo de rigor. Gudelj adelantó a los de Castro Santos en el minuto 8 y casi en la siguiente jugada el serbio-bosnio hizo el segundo tras aprovecharse de un pase de un Mostovoi que necesitaba reivindicarse -el ruso todavía no había pasado de villano a héroe por aquel entonces-. El Madrid de Suker, Mijatovic, Raúl, Hierro y compañía no hizo acto de presencia en Balaídos y el Celta certificó la goleada en la segunda parte con un tanto de Sánchez y otro de Gudelj, el tercero de su cuenta particular. El balcánico, ya un veterano, fue el héroe de un partido que marcó el fin de una época y el inicio de otra: la del Celta europeo.
Y precisamente ese Celta europeo fue una pesadilla para el Real Madrid en Balaídos. Tras esta victoria, llegaron cuatro consecutivas. La más recordada, sin duda alguna, fue la del 5-1 del 11 de abril de 1999. Era la jornada 28 y vigueses y madrileños llegaban al partido empatados a puntos. Era una de las últimas oportunidades del equipo que por aquel entonces entrenaba Toshack para reengancharse a la lucha por el título y la desperdició. Al cuarto de hora, el electrónico de Balaídos ya reflejaba un sonrojante 3-0. Penev, por partida doble, y Mazinho fueron los autores de esos tres tantos. Recortó distancias el Madrid gracias a Morientes, que había sustituido a Guti en el minuto 27 de juego. Pero la respuesta del Celta fue inmediata con un nuevo gol de Mostovoi. Todavía no se había llegado al descanso y el partido estaba ya sentenciado. Penev culminó su ‘hat-trick’ y redondeó la goleada en la segunda mitad. Fue la mayor humillación a los de Chamartín en Vigo, superando al 4-0 de 1997 y a un 4-1 de 1947 y un 5-2 de 1950.
Especialmente célebre fue una escena que se vivió aquella tarde en el palco de Balaídos. Roberto Carlos e Iván Campo, que se habían perdido el encuentro por sanción, compartieron bromas y sonrisas al descanso, ajenos a lo que estaba sucediendo en el campo, cuando su equipo perdía ya 4-1. Fue la imagen de una deblacle.
El cambio de siglo no le sentó demasiado bien al Celta en lo que a sus enfrentamientos con el Madrid se refiere. Tras derrotar a los blancos en la 2000/01, llegó la sequía. En sus siguientes seis visitas en Liga, el Real Madrid se llevó los tres puntos de Balaídos. El siguiente triunfo del Celta se produjo en diciembre de 2012 (2-1), en un partido de Copa del Rey en el que Bustos marcó un gol espectacular. No obstante, esta victoria no tuvo demasiada trascendencia porque los de Paco Herrera quedaron eliminados al ser goleados en el Bernabéu unas semanas después (4-0), en un encuentro en el que Hugo Mallo sufrió una grave lesión de rodilla.
Llegamos ya a la temporada pasada, la 2013/14. Era la penúltima jornada de Liga y Balaídos era una fiesta. Aprovechando que llegaba a Vigo el Real Madrid, el club celeste programó una gran jornada festiva para celebrar su 90 aniversario. El jolgorio se trasladó de la calle al terreno de juego, ya que el conjunto celeste, que no se jugaba nada, consiguió derrotar a un Real Madrid con muchas bajas pero que aún mantenía opciones de lograr el título de Liga. Charles fue el héroe aquella tarde calurosa. Marcó un doblete y volvió a recordarle al Real Madrid que Balaídos es terreno hostil.
Artículo elaborado con los datos de CeltaHistoria