El Celta salió al campo con el equipo de gala, el que goleó al Rayo y consiguió ganar al Eibar la semana pasada, para jugarle de tú a tú al Real Madrid. Lo consiguió en la primera parte, a pesar de que los blancos salieron vencedores parciales de este intercambio de golpes. Balaídos asistió a unos primeros 45 minutos trepidantes en los que ambos equipos se lanzaron a castigar la mandíbula del rival.
El Celta se fue a por el gol desde el primer minuto. El cometido era claro, ahogar la salida de balón blanca y, una vez con el esférico en su poder, asediar el área contraria. Justo cuando parecía que el Real Madrid lograba quitarse de encima este dominio, llegó el primer tanto celeste. Nolito se marchó como una bala por la banda izquierda, encaró a Carvajal e Illarramendi, se fue de ambos y envió el balón pegado al palo, donde no podía llegar Casillas. Solo habían transcurrido 8 minutos. Delirio en Balaídos.
La alegría duró poco. La irrenunciable y atractiva filosofía de juego del Celta también tiene sus riesgos. Y cuando está enfrente el Real Madrid, estos se multiplican. Porque el cuadro blanco no daba sensación de peligro, parecía dormido, pero en su primer zarpazo castigó a los vigueses. Cristiano se marchó por banda derecha, llegó hasta línea de fondo, encaró a Sergio y envió el pase al corazón del área. Allí no encontró rematador, pero un defensa celeste despejó el balón y este le llegó a Kross. El alemán no perdonó a puerta vacía.
El Celta no se achicó tras este disgusto. Al contrario, siguió intentando llevar a cabo su plan con más ahínco incluso. Pero la calidad del Real Madrid se volvió a imponer. Esta vez fueron James y Chicharito Hernández los protagonistas. Los dos sudamericanos se las ingeniaron a base de paredes para que el mexicano se plantase ante Sergio e hiciese el segundo gol blanco.
Pero, como hemos dicho, este Celta no se achica. Sabe encajar los golpes y responder con fuerza. Solo cinco minutos después del 1-2, en el 27, Orellana se inventó un gran pase para Santi Mina, que gracias a un buen control encaró a Casillas. Su primer disparo se encontró con el poste, pero el propio Mina recogió el rechace y puso de nuevo el empate en el marcador.
Cuatro goles en 19 minutos. Y la primera parte aún guardaba una sorpresa más, por desgracia, desagradable. En el 40 Cristiano estrelló el balón en el palo y dos minutos después el Real Madrid se aprovechó de una pérdida de balón celestes para hacer el tercero. Hugo Mallo y Krohn-Dehli, afanados en la loable labor de salir con el balón jugado, no pudieron evitar perder el esférico en una zona demasiada comprometida. Tras pasar por las botas de Cristiano, este llegó a James. El colombiano disparó a portería y después de que pegase en Fontás la pelota se coló en la portería. Cruel final para una primera parte repleta de alternativas.
El Celta tiene un sueño y no está dispuesto a renunciar a él. Los vigueses no se acobardaron, no dieron por perdido el encuentro en la segunda mitad y desde el inicio de la misma se fueron a por el gol que devolviese el empate al marcador y les permitiese seguir aspirando a la séptima plaza. Los de Carlo Ancelotti, satisfechos con el botín, se limitaron a salir a la contra en estos primeros minutos del segundo periodo. El balón era celeste y el Madrid sufría metido en su área. Nolito, Orellana, Santi Mina y compañía eran un tormento para la defensa blanca, que continuamente se veía obligada a dar pasos atrás.
El Real Madrid, aun así, se siente muy cómodo con espacios y cuando lograba salir a la contra lograba crear bastante peligro.
El dominio celeste no acababa de ofrecer frutos tangibles. A los de Berizzo les costaba en exceso finalizar las jugadas y cuando lo hacían, Casillas no tenía que emplearse a fondo. En el ecuador del segundo periodo la intensidad local decayó y el Real Madrid al fin pudo respirar. Y Sergio Ramos, un poco más liberado de las exigencias defensivas, le dio tiempo para pensar. El central blanco se inventó un preciso pase para Chicharito Hernández que permitió dejar solo al mexicano ante Sergio. No perdonó y puso el 2-4.
Ese gol, con poco más de veinte minutos de juego por delante, parecía que mataba definitivamente el partido. Pero el Celta y Berizzo no se rendían todavía. El técnico celeste introdujo a hombres frescos en ataque. Y Ancelotti tampoco las tenía todas consigo, porque sacó del campo a Chicharito, un delantero, para dar entrada a Pepe, un central. El Real Madrid, consciente del peligro en ataque del Celta, pasó a jugar con una línea de cinco en defensa. Los celestes lo siguieron intentando, aunque ya con menos convicción y fuerza. El miércoles, una nueva batalla por la séptima plaza ante el Málaga, que aventaja a los celestes en cinco puntos.
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny; Augusto Fernández, Krohn-Dehli; Santi Mina (Tucu Hernández, min. 74), Orellana (Bongonda, min. 69), Nolito; y Larrivey (Charles, min. 72).
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Kross, Illarramendi, Isco (Jesé, min 81); James Rodríguez (Arbeloa, min. 84), Chicharito Hernández (Pepe, min. 73) y Cristiano Ronaldo.
Goles: 1-0, min. 8: Nolito; 1-1, min. 15: Kross; 1-2, min. 23: Chicharito Hernández; 2-2, min. 27: Santi Mina; 2-3, min. 42: James Rodríguez; 2-4, min. 68: Chicharito Hernández.
Árbitro: Pérez Montero (colegio andaluz). Mostró tarjeta amarilla a los locales Orellana y Jonny; y a los visitantes Sergio Ramos y Carvajal.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 33ª jornada de Primera Divisón disputado en el estadio de Balaídos ante 25.274 espectadores.