Noruega ha sido el primer país en tomar esta decisión. Pero la decisión noruega no pretende eliminar la radio, un medio de comunicación que ha sobrevivido al empuje de la televisión frente a las previsiones agoreras que surgieron cuando las emisiones conjuntas de imagen y sonido apuntaban un éxito arrollador, capaz de llevarse por delante a una radio que es popular y accesible en casi todas partes. La radio ha consolidado su importancia sobreviviendo a todos los ataques y ahora seguirá existiendo, cada vez con más éxito, pero a través de un canal de difusión mucho más poderoso, que es internet. Y esa transformación del vehículo de transmisión conseguirá eliminar las pocas interferencias que ya existían en la FM convencional y mucho más en la onda media (OM), y se eliminará o por lo menos minimizará, también, la contaminación radioeléctrica que producen las emisiones de radio. Pero una de las ventajas más importantes de esta conjunción de radio e internet será la capacidad de difusión, puesto que internet sí puede llegar a cualquier parte del planeta, mientras que las emisiones de radio, y sobre todo las de FM, se ven limitadas por numerosos factores técnicos a un entorno geográfico determinado.
Cualquiera que se tome la molestia de buscar en internet encontrará una infinidad de emisoras de radio que emiten a través de este vehículo de comunicación que no tiene fronteras. Asimismo, existen herramientas como iTunes (que se puede descargar gratuitamente desde el enlace: https://www.apple.com/la/itunes/download/), que ofrecen un amplio repertorio de emisoras que emiten exclusivamente y de modo ininterrumpido a través de internet durante las veinticuatro horas del día con música de todo tipo y con noticias, algo que aprovechan muchos establecimientos comerciales para crear un fondo musical en sus instalaciones.
En España tenemos el buen ejemplo de la cadena SER. Y en el caso concreto de la ciudad de Vigo, cualquiera que esté alejado de nuestra ciudad, sea cual sea el punto geográfico donde se encuentre, podrá escuchar en directo RadioVigo, su emisora viguesa preferida a través de una conexión a internet. Sólo tendrá que acceder a la página de la emisora (http://www.radiovigo.com) y pulsar sobre el enlace “Escucha en directo”. Entonces se abrirá una pequeña ventana y en unos instantes ya estará recibiendo la señal sin que la distancia constituya una impedimento.
Con la televisión ocurre algo parecido a la radio. Una búsqueda en Google provocará una avalancha de opciones donde los principales canales españoles y algunos canales locales compiten abiertamente en audiencia con cualquier otro medio televisivo internacional.
Y la prensa escrita, ya sea diaria, semanal, mensual, o incluso las tradicionales revistas del papel cuché, vivirán una transformación para adaptarse a un innegable futuro de los medios de comunicación, mucho más ecológico, por cierto.
El número de usuarios de internet se multiplica diariamente, y la cultura informática ya se ha convertido en asignatura obligatoria en la educación de los más jóvenes y en los cursos de reciclaje de los mayores. El ordenador ha pasado de ser un instrumento distante y específico de trabajo y de precio prohibitivo, a popularizarse totalmente y estar al alcance de todos los bolsillos. Los modernos teléfonos “smartphone” y las llamadas tabletas, por su parte, han irrumpido con fuerza convirtiéndose en un complemento casi indispensable de nuestras vidas, como una pequeña y poderosa ventana abierta al mundo que nos rodea, permitiéndonos interactuar con el entorno y estar al tanto de las últimas noticias e incluso participar en su elaboración.
Pero, en mi opinión, el éxito futuro de los medios pasará por construir cada medio de comunicación a la medida de cada usuario, algo que ya permite la utilización racional de los llamados “cookies” (palabra inglesa que significa galletas). Estos elementos informáticos son pequeños —minúsculos— ficheros que recogen información de nuestras preferencias de navegación y que se almacenan en nuestros equipos informáticos —ordenadores y tabletas—, e incluso en nuestros teléfonos “smartphones”. La información que reúnen los “cookies” permite al operador de cada página construir la información a medida de las preferencias de cada usuario, pero la legislación vigente exige obligatoriamente que el visitante autorice su funcionamiento, por eso la mayoría de las páginas advierten de la presencia de “cookies” y de su utilización.
El ejemplo más cercano del funcionamiento de los “cookies” es la página de Amazon (www.amazon.es ). Cualquiera que visite la página de Amazon observará que las primeras informaciones y ofertas que se presentan están directamente relacionadas con las últimas búsquedas que ha realizado el propio usuario en esa tienda de internet, si es que ya la ha visitado con anteriorirdad. Incluso al visitar otras páginas diferentes con las que Amazon tiene contratados espacios publicitarios aparecerán anuncios de sus productos por los que ya hemos mostrado interés.
Pero los “cookies” también tienen un efecto delator con las páginas pornográficas, que suelen estar siempre al tanto de las últimas tecnologías de internet tratando de captar adeptos, de tal modo que esos anuncios de páginas pornográficas también aparecerán en algunos buscadores diferentes de Google, porque debe saberse que hay muchos más buscadores que el conocido gigante. Y esos anuncios pornográficos y de páginas de contactos se presentarán de modo sorpresivo según las preferencias personales de cada usuario, si es que alguna vez ha realizado algún devaneo por esos bajos rincones de la red. El efecto suele causar malestar en muchas personas porque pone de manifiesto esos bajos deseos que trata de ocultar. Esa es la cruz de los “cookies”, pero utilizados adecuadamente son un eficaz instrumento para los medios de comunicación de internet y para las empresas de publicidad, que enfocarán sus campañas selectivamente a un determinado público según su localización, sus edades y sus gustos, desde el entorno más cercano hasta los confines de los países más distantes, abriendo nuevas posibilidades de mercado.
Finalmente sólo resta destacar que internet también permite conjugar en sus páginas la imagen fija, el video, el sonido y el texto escrito, de tal modo que en un futuro es previsible aventurarse a imaginar unos medios de comunicación que no hagan distinción entre lo que ahora es la radio, la televisión y la prensa escrita, y con el añadido de la interacción directa del usuario, que pasará, entonces, a ser uno de los protagonista del propio medio de comunicación, sin menosprecio de los profesionales del periodismo, que actuarán como la necesaria tripulación de un buque que navega en medio de un océano de acontecimientos de todo tipo.
Por eso opino que los medios de comunicación, prensa escrita, radio y televisión, tal y como los hemos concebido hasta ahora, tendrán que adaptarse a los nuevos formatos de internet si no quieren sucumbir a una tendencia que se presenta imbatible en casi todo el abanico de edades.