Las comunicaciones, por su parte, han pasado a un primer plano y ya no basta con el aparato de radio que acompañaba la vida familiar de mediados del siglo veinte. Ahora, además de la radio —que en muchas casas ha quedado relegada a un segundo plano—, está el teléfono inteligente, la conexión a internet y la televisión digital. De todo ello, la conjunción de la imagen y el sonido a través de las ondas ocupa la mayor parte del tiempo de ocio de nuestra sociedad actual, y el desarrollo tecnológico avanza a gran velocidad y de modo imparable en este frente que constituye, sobre todo, un gran negocio. Sin embargo, a pesar de tanta modernidad, todavía hay quien se busca la vida para poder ver las emisiones de televisión con la antena colocada en una pequeña ventana, tal como se observa en esta fotografía tomada en una céntrica calle de la ciudad de Vigo.