Hablábamos, entonces, de la boutique Karina, con Ismael Chillón al frente, que antes regentara el inolvidable comercio Gladys; y mencionábamos otros importantes e inolvidables comercios como Cividanes, Vigobazar, Blancazul, Ropal, Esmar, La Villa de París, El Louvre, la boutique Milo, Joperi, la tienda de ropa de niños Kadete, y Las Tres BBB; además de la Camisería Industrial Viguesa; las zapaterías Layton, Chavalín, Cruces y el Zapato Español; los almacenes El Príncipe, El Pilar, Olmedo y Alfredo Romero; las galerías La Norma, donde también estaba la juguetería Tobaris —además del comercio que tenían en la calla Marqués de Valladares—; las jugueterías Moya, Bazar de Villar y Madame X; cafeterías como Flamingo, El Príncipe y Arrondo; joyerías como Arosa y Rosende; mercerías como La Favorita; tiendas de fotografía como Foto Mecánicos, Vigofoto y los estudios Pacheco; y sin olvidar la espendiduría número uno; la mercería y despacho de lotería Amalia, el restaurante Las Bridas, La Cueva, El Castillo, la papelería Barrientos; las librerías La Rápida, Balmes y Galdós, la papelería Barros, el taller de peletería Platero, la tienda de moda Reveri; el inolvidable pub Charango y los cines Fraga, Odeón, Tamberlik, Cine Vigo, Cinema Radio, Disol, Plata, Niza, García Barbón, Rosalía, Roxy, los Minicines, y el cine Santiago El Mayor (Santiago de Vigo); la tienda de ultramarinos Ricardo Costas, la pastelería Las Colonias; la juguetería Moya; las salas de fiestas Nova Olimpia y Teide; y la cervecería Joaquín.
Aquella era una relación simbólica extraída de un extenso listado en el que también nombrábamos a la Papelería Comercial como sobreviviente de esta devastación urbanística que nunca deberíamos haber consentido. Sin embargo, Joaquina Mur, la dueña de la histórica Papelería Comercial, ubicada en la viguesa calle del Príncipe, acaba de anunciar que el próximo día catorce de mayo, tan solo dentro de unos días, concretamente, el próximo jueves, cerrará definitivamente sus puertas.
La noticia se ha propagado rápidamente y numerosos vigueses han acudido allí para disfrutar por última vez de sus escaparates y para adquirir algunos recuerdos que Joaquina, con amabilidad y gran cariño, despacha tras ese mostrador que los vigueses recordamos de toda la vida, igual que los maravillosos belenes de su escaparate, que nos acompañaban durante la Navidad, quién no los recuerda.
El edificio, que pronto quedará vacío, también albergaba el inolvidable estudio fotográfico Pacheco, desgraciadamente derruido por el abandono, y la joyería Rosende, ya desaparecida. Ahora le toca el turno a la Papelería Comercial.
En un futuro, quién sabe, quizá el edificio termine albergando alguna cadena de moda o algún negocio que borrará del mapa vigués esos tres establecimientos que acabamos de mencionar, pero que seguirán vivos en nuestra memoria colectiva, con Joaquina Mur al frente de la Papelería Comercial, siempre sonriente, amable y cariñosa, a quien la vida le preparó este trago amargo que ahora compartimos entre todos.