Bugui García
«Hubo un cambio en mi vida gracias al 15M. Descubrí mi rol ciudadano que se implica y se siente parte. Desde aquel día sé que es posible, pero también sé que no va a ser fácil. En cuanto a las expectativas, creo que mientras la estructura económica se siga nutriendo de deuda es una reloj de arena que puede darse la vuelta en cualquier momento. Pero tengo la esperanza de que estamos creando algo nuevo. Por ejemplo, cada vez más personas compran directamente a sus agricultores locales o crean grupos de consumo para evitar intermediarios y existen más de 100 monedas locales en España y se estima que unas 5.000 en el mundo. Para mí la clave está en la acción local, lo cercano a mí».
Miguel Ramis
«Pensar en lo que ha contribuido el 15M se me antoja como pensar en pasado una relación que todavía no ha terminado. Es evidente que el 15M consiguió poner muchos temas sobre la mesa y abrió el camino para que los partidos dejaran de ser organizaciones herméticas, además facilitó la creación de sinergias y colaboraciones, algunas de las cuales son hoy incluso opciones de gobierno. Hizo que la gente hablara más, y más libremente de política y bajó a los políticos de su falso pedestal convirtiéndolos, al menos un poco, en representantes de los ciudadanos y servidores públicos».
«Es claro hoy, como era claro también en el verano del 2011, que el 15M fue algo histórico en nuestro país y que representará en adelante un punto en la historia que continuará siendo analizado una y otra vez. Y aunque formar parte de algo así imbuya de cierto orgullo hoy, como entonces lo hacía de ilusión y esperanza al creer ver más nítidamente la utopía, no es nada de eso lo que considero que me haya influido más a nivel personal».
«Es la gente, las amistades que aún hoy perviven, los debates interminables, las comisiones de cañas… es la unión voluntaria de gente con ideas y pasados diversos, que confluyen aceptando sus diferencias pero dispuestos a trazar, aunque solo sea imaginándolo, un futuro común sobre unos principios con los que todos podamos sentirnos representados. Haber formado parte de eso, y haber conocido a la gente que he conocido es lo que más valoro a nivel personal del 15M. ?En cuanto hacia donde vamos, pues yo creo que hacia un sitio mejor, porque como decíamos en 2011, vamos despacio porque vamos lejos».
Xulio Alonso
«La política española actual no se puede entender sin el 15M. Se estudiará por su impacto social sin recurrir a la violencia en colegios y universidades. Descubrimos que no estábamos solos, que no éramos tan distintos y por ello podemos alcanzar una sociedad mejor».
Diego Vergara
«Claro que hubo un antes y un después del 15M, a partir de las acampadas me interesé por muchos más temas sociales y políticos que antes y también supe por dónde no quería ir. Es un proceso lento, más de lo que nos gustaría y el final del túnel aun está muy lejos, pero el 15M fue una semilla que sigue germinando».
Jose Eiras
«Sin duda hay un antes y un después, el 15M me ayudó a encontrar mi sitio y a saber quién soy, qué quiero y hacia dónde quiero dirigirme. A partir de ese momento sin duda han evolucionado significativamente mis metas, y mis objetivos vitales».
«El 15M fue un torrente de energía, con una capacidad de cambio brutal que ha generado una explosión cultural e intelectual de grandes dimensiones. Gran parte de esa energía se ha disipado, y ha dejado tras de sí, ideas, objetivos, metas. El reto es generar dinámicas constructivas para transformar las ideas en proyectos, y las metas en hechos. Pienso que están germinando ahora mismo cambios colectivos importantes cuya dimensión real podremos analizar en un futuro».
Beatriz Chimpín
«Sí hay un antes y un después del 15M. Puede que no para todo el mundo pero para los que estuvimos en ese movimiento sí lo hubo. Yo nunca había sentido tanta ilusión y fe en que las cosas podrían cambiar. Creíamos sinceramente que era posible que el poder volviera al pueblo, creíamos en una verdadera democracia y pensábamos que la dictadura económica de los mercados, de la gran banca y la política basura tocaba a su fin».
«Era emocionante ver como personas de distintas afiliaciones o pensamientos políticos se unían por intereses comunes: democracia, justicia, libertad. Por desgracia el 15M puro, el del origen, el que daba prioridad a los intereses comunes de las personas por encima de siglas y demás, duró poco. Pronto nos vimos atacados por todos lados, izquierda, derecha, medios de manipulación y muchos miembros del 15M, en todas las ciudades, intentaban desviar el movimiento hacia sus intereses propios. Una pena. Cierto que han surgido otros movimientos a raíz del 15M y cierto que se han hecho cosillas pero nada comparado con esa ilusión general que recorrió el mundo allá por el año 2011 y que, ojalá algún día vuelva a estallar con menos egos y más unidad».
«Pienso que si algún avance trajo el 15M fue generar una mayor curiosidad hacia la política y la economía mundial. Acercó los verdaderos problemas mundiales y las estafas económicas al pueblo, las hizo visibles y personas, como yo, que no teníamos ni idea de cómo funcionaba el FMI o el BM, de economía, del cambio de la Constitución, abrimos nuestras mentes y entendimos como funciona el mecanismo de poder mundial. Personalmente, no he vuelto a ser la misma y me he embarcado en una lucha personal contra un sistema inhumano, injusto y que genera esclavitud física y mental en todas nuestras vidas sin que apenas nos demos cuenta, como peleles manejados por el viento. Ser consciente de que hay una élite mundial que maneja todo, incluidas nuestras «democracias» me ha hecho más libre aunque sea duro reconocer la verdad».
«¿Qué perspectivas tenemos? Aunque me duela reconocerlo pienso y siento que el 15M ya no existe, ni lo veo reflejado en ningún otro movimiento o partido, por eso no veo perspectivas. Si había algo que diferenciaba al 15M era su apartidismo y su asindicalismo. Claramente se ponía el interés y el bien común por encima de las siglas y los intereses partidistas. Desde que eso se murió y aparecieron los egos y las siglas, el 15M desapareció. Ojalá algún día las personas, el pueblo, el mundo entero despierte de su letargo inducido y nos unamos pacíficamente en plazas y calles para gritar unánimemente: DEMOCRACIA, JUSTICIA Y LIBERTAD. Me gustaría muchísimo desempolvar mis pancartas y volver a sentir una ilusión tan fuerte en el pecho como la de aquellos días porque sigo pensando que otro mundo más humano es posible».