«Lo importante es su función de director deportivo. No cambia nada. Hace 15 o 20 días hablamos y me dijo cuál era su decisión. Lo fundamental en este club es la base y ahora se podrá centrar más en ella. Llevamos muchos años siguiendo esta filosofía y no la vamos a cambiar», explica Araújo.
Todavía es pronto para saber quién será el nuevo técnico del Celta Selmark. Se barajan distintas opciones y será el propio Carlos Colinas, cumpliendo su faceta de director deportivo, el encargado de elegir la persona que le sustituya en el banquillo. De momento tampoco se han realizado avances en lo que a la confección de la plantilla se refiere, aunque lo que es seguro es que las jugadoras de casa volverán a ser mayoría la próxima temporada. El Celta Selmark se quedó a un paso la pasada campaña de luchar por entrar en el ‘play-off’ de ascenso a Liga Femenina y ese, pelear por regresar a la máxima categoría, volverá a ser el objetivo el próximo curso.
Carlos Colinas se despidió de su cargo de entrenador con una emotiva carta en la que explica los motivos de su decisión. Este es su contenido íntegro:
«La vida genera etapas con un inicio real y un final inexorable en el tiempo. Para nosotros, entrenadores, no es una excepción. En verano de 2005 hice realidad el sueño que cualquier técnico nacido y criado en el baloncesto femenino podría tener: trabajar en Vigo, hacerlo por y para el Celta Bosco. Primero, dando forma y coordinando una estructura deportiva; después, compaginándolo con la dirección del primer equipo durante cuatro temporadas. Aprendiendo, construyendo, guiando y gestionando, siempre con el respaldo de mi presidente y amigo, y con el trabajo incondicional de mucha gente. Nos hace felices haber superado situaciones límite, ver crecer y consolidarse un proyecto, y sentir que una ciudad, una región y el baloncesto español valora y respeta lo que ello significa.
Acabo de cumplir tres décadas de banquillo. Un día decidí ser entrenador, consciente de que era mi camino. Con mucho desgaste pero con tremenda ilusión y energía, apoyándote en tu gente y en tus jugadoras. Sabiendo sufrir, aprendiendo a ganar y a perder, y viviendo experiencias irrepetibles en los lugares donde confiaron en uno. Y respetando y siendo respetado siempre por compañeros y rivales.
Llega un punto y aparte, al menos en este momento. Siempre he creído en las decisiones personales, por voluntad propia, en la autonomía para cambiar de escenario. Seguiré en este deporte, involucrado en el proyecto de este club con grandes responsabilidades, pero lejos de la pista. Sin pizarra ni silbato. Mi familia y las circunstancias se anteponen a todo porque treinta años han sido suficientes. Mi gratitud a los que me ayudaron en este largo trayecto. El baloncesto me ha aceptado como soy, me ha hecho persona y nunca dejaré de sentirme entrenador. Nuestra alma y mentalidad son afortunadamente irrenunciables, desde el inicio hasta la bocina final».
CARLOS COLINAS MORÁN