Según señalaron a través de un comunicado, agentes de la Policía Local pertenecientes a la sección de la UMIR, fueron comisionados este lunes al mediodía por la central de información y mando para que se dirigieran a la zona de Matamá, donde una tortuga propiedad de una ciudadana había desaparecido.
Una vez en el lugar, fueron informados por la requirente y propietaria del animal, que se trata de un ejemplar de unos treinta centímetros de longitud y cinco kilogramos de peso; que puede resultar bastante agresiva e incluso provocar lesiones en caso de mordedura.
Aunque la comunicación policial se produjo el citado día 22, la última vez que se percataron de la presencia de la tortuga fue el 19 de junio, según comunicaron a los agentes. El animal se encuentra en tratamiento veterinario debido a una enfermedad en su caparazón y necesita ser controlado diariamente.
La patrulla realizó vigilancia en todas las zonas limítrofes, además de preguntar a los vecinos, sin que a día de hoy el animal fuese localizado.