La publicidad está abusando desmesuradamente de los idiomas extranjeros, principalmente del inglés. Incluso el simple cierre por remodelación de algún comercio se advierte en la puerta como “Opening soon”, algo que suena ridículo y ofensivo para nuestro idioma español, uno de los más ricos en léxico y en expresiones para todas las ocasiones. El mundo de la publicidad juega un papel predominante en este despropósito lingüístico, y la insistencia de extranjerismos ya está generando una legión de auténticos fantasmas que, sin tener ni idea de ningún otro idioma —e incluso del propio español—, repiten esas consignas comerciales como loros que tratan de dar una imagen que no les corresponde. Y la situación llega a tal extremo que hasta las pintadas ya se están realizando en otros idiomas extranjeros, como esta que observamos en el cajero de la fotografía, realizada en chino. ¡Vaya usted a saber qué querrá decir! Quizá sea un insulto o quizá sea simplemente un nombre. Al ritmo que vamos, cabría preguntarse si al cabo de varias décadas quedará alguien que entienda y sepa escribir en el idioma de Cervantes.