La escritura amplia la actividad neuronal y ayuda a desarrollar la creatividad. Al mismo tiempo, plasmar nuestros sentimientos a través de la escritura hace que salgan a la luz nuestras emociones y pensamientos más inconscientes, reduciendo el estrés mental y reforzando la autoestima.
Escribir sobre los traumas ayuda y libera, además de contribuir a organizar nuestros pensamientos y sentimientos. Isabel Allende, en la presentación de su libro Paula, confesó que escribir su terrible experiencia tras la muerte de su hija fue lo único que le permitió no hundirse en la tristeza y depresión. Tras los episodios terroristas de las Torres gemelas de Nueva York, muchos bomberos y policías quedaron traumatizados por lo vivido, y una de las terapias utilizadas para estas personas psicológicamente afectadas fue escribir sobre los hechos y los sentimientos que les producían.
No hay una terapia más económica que la escritura emocional, está al alcance de cualquiera.
“Cuando escribo, pretendo recuperar algunas certezas que puedan animar a vivir y ayudar a los demás a mirar.”
EDUARDO GALEANO
“La escritura es una liberación. Al escribir se consigue transformar un sufrimiento mental en placer.”
LUIGI MALERBA
“Si escribo me da la impresión de que me estoy matando día a día, y si no escribo la sensación de muerte es absoluta. De alguna manera, la literatura ha tomado mi lugar, toda mi vida. En el hecho de escribir está todo incorporado: el amor, el cariño… todo está ahí. Yo casi no sé pensar si no escribo simultáneamente lo que pienso. De modo que escribo para poder pensar.”
JOSÉ DONOSO
“Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana.”
GRAHAM GREENE