Descripción editorial:
«El mayor fenómeno Marvel de los últimos tiempos. Kamala Khan es una chica como otra cualquiera que vive en Nueva Jersey… Hasta que un buen día recibe un don asombroso. Pero… ¿quién es realmente Ms. Marvel? ¿Una adolescente? ¿Una musulmana? ¿Una inhumana? ¿Todo lo anterior? (…) Las primeras aventuras de la superheroína adolescente que ha logrado conquistar a lectores de todo el planeta como sólo consiguen las historias fabricadas con la materia de la autenticidad.»
El autor sobre la obra:
«Pasé mucho tiempo hablando con colegas y amigos que han crecido (…) con un origen inmigrante —árabes o paquistaníes, sudasiáticos, sudafricanos— y les pregunté, ¿cómo fue? ¿qué tiene que pasar en la escuela secundaria, ya sabes, el crecer, que a lo mejor no es tan obvio para mí o alguien que no tiene ese pasado?»
Entrevista a G. Willow Wilson en NPR Books.
«Escribir cómics y novelas gráficas tiene una profunda influencia en la forma en que escribo prosa. La trama de una novela gráfica debe ser económica y funcional. No hay espacio para el diálogo superfluo, que no llega a ninguna parte (…). Es una forma de arte tremendamente rigurosa. Comencé a valorar mucho la estructura de la historia y el uso de este concepto en mi prosa». Entrevista a G. Willow Wilson en Panel Patter.
La gran heroína americana musulmana:
Los tebeos de superhéroes nacieron como fantasía “teen”: ensoñaciones para lectores adolescentes, de exagerado sentido de la maravilla y aires de ciencia ficción (al no ser fantasía pura y plantear la posibilidad de la existencia de seres con poderes en el mundo real). Marvel añadió el factor de la empatía con los lectores, sobre todo con la aparición de Spiderman en los primeros sesenta: un adolescente tímido con problemas de adaptación en el instituto que logra accidentalmente poderes, alguien en quien los lectores se sentían reflejados. Los noventa, en un desarrollo de las ideas de unos cuantos autores que tensaron el concepto en los años ochenta hacia una lectura adulta (principalmente los hoy famosos Alan Moore y Frank Miller), “pervirtieron” esa fórmula y ya es difícil adivinar quién es hoy el lector lógico de estas historias, salvo el fan del género.
Pero la aparición de “Ms. Marvel” supone una vuelta a los orígenes. Su lectura es prácticamente autónoma de los demás cómics de pijamillas coloridos (aunque tengamos actuaciones estelares de Vengadores o miembros de X Men, son anecdóticas) y sobre todo es un tebeo diseñado para lectores y lectoras jóvenes, dado que su protagonista es una adolescente perfectamente creíble en sus maneras de comportarse, en que puede verse reflejado un lector entre 12 y 17 años (año arriba, año abajo).
El toque distintivo es que esa chavala, Kamala Khan, es hija de pakistaníes y que vive en un contexto familiar de religión musulmana. A partir de este punto, el relato además de una aventura típica de superhéroes para adolescentes, fase “descubro mis poderes con torpeza”, se convierte en un relato sobre la tolerancia y la necesidad de comprender la diferencia en una sociedad civilizada y justa. Mensaje muy necesario en este abrupto siglo XXI y más para el lector juvenil al que se destina este magnífico tebeo.