La puesta en marcha del vuelo directo entre Londres y Vigo con la compañía Air Nostrum está favoreciendo como nunca la promoción de nuestra ciudad en la capital británica y de nuevo es el periódico «The Guardian», que en 2007 puso en el mapa a Cíes al ponerla en lo alto de su listado de las diez mejores playas del mundo, el que destaca los encantos de Vigo y, como no, de las islas de los Dioses.
En el artículo «Vigo: a city break and a beach holiday» la propia periodista hace referencia al artículo de 2007 señalando que Rodas fue catalogada por su propio diario como la mejor playa del mundo. Inicia con las islas Cíes la descripción de su viaje y destaca el hecho de que existan conexiones frecuentes a través de ferry, describe las características de las islas «caribeñas», su paseo hasta el faro de Monteagudo e incluso se detiene a recordar que tan solo se permiten 2.200 personas a diario en éstas aunque señala que cuando la visitó estaba bastante concurrida.
En cuanto a la gastronomía menciona que degustó el pulpo á feira y Albariño y de vuelta en Vigo subraya que existen multitud de playas cerca del centro y más alejadas como la de Bouzas, Samil, Fontaíña o Fortiñón, en Saiáns. Además de sus arenales, recuerda Raquel Dixon, destaca la ciudad como la más grande de Galicia y la que tuvo el mayor crecimiento del siglo XX en Europa que, subraya, no ha permitido un crecimiento homogéneo como en Santiago pero que ha dado lugar a un lugar vibrante en el que viven, trabajan y estudian medio millón de personas.
En el Casco Vello llama la atención de la redactora los nombres de las calles que hacen referencia a los oficios como Sombrereiros y Cesteiros o la de las Ostras. También pone de relieve el marisco y su calidad, de nuevo el pulpo y las tapas que se pueden degustar, así como la cerveza por un euro, el vino blanco y el joven. En este punto destaca varios establecimientos de hostelería antes de reseñar que cada distrito de la ciudad tiene su encanto, desde Bouzas hasta la gran línea de costa. El Museo do Mar, el pazo Quiñones de León y el auditorio de Castrelos también se mencionan en el artículo, que concluye proponiendo un hotel de cinco estrellas en el centro para completar el viaje.