Javier Rodríguez fue el encargado de abrir el acto de este martes. El presidente, con su habitual estilo vehemente, lamentó la marcha de su pupilo y aseguró que «es un día muy triste y muy duro para el club». Lo echará de menos en muchas facetas: «Ahora había que tramitar las fichas y no sé quién hostias las va a tramitar, había que pedir equipaciones y no sé quién hostias las va a pedir, había que meter goles desde la esquina y no sé quién hostias los va a meter. Pero él ha tomado su decisión. Es uno de los días más duros de la historia del club».
Rodríguez, de hecho, asegura que al Octavio le costará recuperarse de esta dura pérdida. «Ahora vamos a cumplir 50 años (en el 2016 el club celebrará sus Bodas de Oro) y sin Cerillo no sé si vamos a durar 50 segundos, 50 minutos, 50 meses o 50 años. Está claro que no va a ser lo mismo», dice y coloca este día de su retirada, entre los más señalados en la historia de la entidad. «Es una jornada clave, como lo fue el día que se fundó, el del fallecimiento del primer presidente o cuando nos dejó el patrocinador. Tiene un realce en la historia del club», explicó.
Personalmente, también ha supuesto un fuerte golpe. «Si es duro para el club, también es duro y triste para mí. Se han dado muchas retiradas de entrenadores y jugadores. Unas entrañables, otras ficticias, en las que había que decir palabras bonitas pero que realmente no se sentían. La de hoy no solo es entrañable, sino también importante. Hay días que quedarán marcados en la historia del club y hoy es uno de ellos. Vino como un niño y se retira con dos niños preciosos. No hace falta que le desee la mayor de las suertes. Cerillo ha tirado muchas veces de mí. Yo lo quise dejar muchas veces y si no fuera por Cerillo, hoy no habría club«.
Rodríguez incluso deja abierta la puerta a un posible retorno del extremo: «Yo todavía tengo la esperanza de que algún día no muy lejano Cerillo pueda estar en su esquina. Han venido extremos muy buenos, pero al final ha jugado siempre Cerillo».