Al Celta le costó encontrar su mejor versión en la primera mitad (si es que en algún momento la llegó a encontrar). Sabía lo que le esperaba en el Ciutat de Valencia, el rocoso muro de Lucas Alcaraz, pero aún conociendo de antemano el plan del rival no supo cómo abrir grietas en la pared. Y todo ello a pesar de que el encuentro se le puso de cara a los cuatro minutos. Simao Mate y Iago Aspas pelean por un balón, el moañés cae al suelo, se revuelve levemente y el jugador del Levante toma represalias y le da un pisotón en la espinilla. El árbitro, muy cerca de la acción, le muestra la roja directa.
Alcaraz redobló su apuesta defensiva cuando su equipo se vio con diez. El Celta, por su parte, se dispuso a jugar con paciencia, moviendo el balón, y buscando la inspiración de Nolito y Orellana. Pero algo fallaba. Al llegar a los últimos metros, se mostraba muy impreciso. El juego se volcó en la banda izquierda, hábitat natural de Nolito. El gaditano asumió galones y buscó con ahínco ese pase, ese regate, esa filigrana, que rompiera la defensa rival. Sus intentos eran baldíos. De hecho, en los primeros diez minutos perdió media docena de balones. No lograba asociarse con sus compañeros.
Al Celta, además, le faltaba determinación de cara a portería. A pesar de acaparar la posesión, el primer disparo a puerta no llegó hasta el minuto 12. Y fue sin peligro, ya que el remate de Aspas desde fuera del área se marchó muy alto. Nolito a punto estuvo de dinamitar el encuentro en el 20. Envió un gran pase a Jonny, con túnel a un rival incluido. El lateral, desde la línea de fondo, mandó el pase atrás, pero no encontró rematador.
El Celta trataba de encontrarse a sí mismo y no lo lograba. El Levante, agazapado atrás, se resignaba a crear peligro únicamente a través de la pelea constante de sus dos delanteros, los corpulentos y batalladores Ghilas y Deyverson. Este último se empeñó en librar un duro combate con Cabral en cada jugada.
A la media hora llegó una acción clave. Verza botó un córner a favor del Levante y en el área pequeña Deyverson cabeceó a gol. Tras meditarlo unos segundos, el árbitro decidió anular el tanto por una falta del delantero al guardameta Rubén. Esta no existió. El portero del Celta se equivocó y fue el árbitro el que arregló el desaguisado.
Tras este gol anulado, llegaron los peores momentos del Celta. El susto se había instalado en el cuerpo de los celestes y les costaba combinar. Pero cuando peor pintaban las cosas, llegó el gol de Orellana. El chileno se aprovechó de un buen servicio de Jonny para armar su pierna izquierda y enviar un disparo raso y pegado al palo al que no pudo llegar Rubén.
En la segunda parte, el Celta salió dispuesto a matar el partido y tuvo un par de ocasiones en el arranque. En una contra, Nolito disparó desde la frontal del área. El meta Rubén despejó este remate seco y dejó el balón muerto en el área pequeña. Allí apareció Orellana, que obligó a que el portero se volviera a emplear a fondo. Unos segundos después, Wass envió el balón al área y un defensa del Levante a punto estuvo de marcar en propia meta. De nuevo Rubén hizo gala de sus reflejos.
Sin embargo, tras estas primeras aproximaciones. El Levante se fue arriba. A pesar de ser un equipo eminentemente defensivo y de encontrarse con diez, incomodó a un irreconocible Celta, que acabó pagando caro su dispersión. En el 54, Verza hizo el empate por medio de un magistral lanzamiento de falta directa. El balón superó la barrera y se coló por la escuadra. Rubén solo pudo mirar.
Quedaba más de media hora para buscar un gol que le diese los tres puntos al Celta, pero el panorama no era demasiado alentador. La imprecisión era la tónica dominante. El Levante aguantaba los golpes sin apenas tambalearse y también aprovechaba para soltar el puño de vez en cuando. En el 66, Nolito tuvo una clara ocasión. El gaditano se plantó solo ante Rubén Martínez tras un fallo del lateral Iván López. El gaditano, sin embargo, no supo definir.
Al ataque celeste le faltaba mordiente y al centro del campo, imaginación. Berizzo se decidió por un arriesgado movimiento de banquillo para intentar que el Celta volviese a ser el Celta. Sentó a Hugo Mallo y dio entrada a Guidetti. El sueco se colocó de delantero centro junto a Iago Aspas. Wass pasó a ocupar el lateral derecho.
Guidetti apenas entró en juego, pero al final acabó apareciendo su compañero de delantera. Iago Aspas, con la ayuda de un defensa rival, hizo el tanto de la victoria. Pero el mérito de la acción se lo debemos otorgar a Orellana, el mejor de los celestes en este gris partido. El chileno, siempre incisivo, envió un gran pase al corazón del área, donde Aspas disparó defectuosamente para que un zaguero acabase enviando el balón a la red.
Quedaba un cuarto de hora y el Levante buscó el empate. El partido estuvo más de cinco minutos detenido. Rubén Blanco chocó con un contrario, recibiendo un duro golpe en la cabeza y el hombro izquierdo. No pudo continuar y fue sustituido por Néstor, el portero del Celta B, que de esta manera debutaba en Primera. El árbitro, tras el largo parón, añadió seis minutos. Y Iago Aspas a punto estuvo de marcar al inicio del descuento. Su disparo se estrelló en el palo. A partir de ahí, unos últimos minutos de sufrimiento. Pero los tres puntos se fueron a Vigo. El Celta se estrenó con victoria y con liderato.
Levante: Rubén; Iván López (Morales, min. 79), Trujillo, Simao Mate, Juanfran, Toño; Verza, José Mari (Víctor Casadesús, min. 70), Camarasa (Rubén García. Min. 80); Deyverson y Ghilas.
Celta: Rubén Blanco (Néstor Díaz, min. 84); Hugo Mallo (Guidetti, min. 68), Cabral, Fontás, Jonny (Planas, min. 94); Augusto Fernández, Wass, Tucu Hernández; Orellana, Iago Aspas y Nolito.
Goles: 0-1, min. 40: Orellana; 1-1, min. 54: Verza; 1-2, min. 76: Iago Aspas.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla al local Morales; y a los visitantes Jonny, Guidetti y Fontás. Expulsó al levantinista Simao Mate en el minuto 4 por agredir a Iago Aspas.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 1ª jornada de Primera División disputado en el Estadio Ciutatde Valencia.