Los trabajadores deben ir acorde con las demandas del mercado de trabajo y adaptarse a los cambios para conseguir reciclarse y no quedarse obsoleto en sus conocimientos y habilidades. Si no nos reciclamos adecuadamente disminuirán las posibilidad de encontrar empleo.
Diversos estudios hablan de seis conceptos básicos que interactúan en la empleabilidad: adecuación vocacional, competencia profesional, idoneidad, salud física y mental, recursos alternativos y relaciones interpersonales. Si cada trabajador valora cada uno de estos aspectos aplicándolos a su situación y a sus conocimientos y habilidades podrá conocer si es apto para un determinado puesto de trabajo.
En este sentido conviene hablar de la movilidad profesional. Muy valorado por las empresas y por los encargados de los procesos de selección de los departamentos de Recursos Humanos pero que no todo el mundo está dispuesto a cambiar el lugar de residencia. Además de aportar una importante experiencia personal y profesional, se mejoran las competencias idiomáticas y se conoce una nueva cultura.Los trabajos hoy en día son flexibles, y los individuos que trabajan en las empresas deben saber acomodarse a esos cambios.
La empresa ya no es habitualmente una gran familia, sino simplemente el lugar donde los profesionales actúan y generan bienes y servicios. Las grandes empresas modifican de forma acelerada los puestos de trabajo, los cargos, y sobre todo, la tarea en sí. Incluso, la función misma del trabajador puede desaparecer en cualquier momento.
En el modelo laboral actual se acorta la vida útil de los empleados, porque el perfil de los trabajadores jóvenes es el que impera, y quien tiene más de 40 años se ve con mayores dificultades para encontrar trabajo. En estos casos, la experiencia es un grado, pero siempre que esté puesta al día.
Desde hace algunos años, las organizaciones multinacionales y las organizaciones nacionales grandes, han iniciado procesos de fusiones o adquisiciones y procesos de tercerización, reemplazando trabajos rutinarios por tecnología, con el propósito de ajustarse lo más rápido posible a las exigencias de los mercados en que operan.
En un comienzo, los efectos de la crisis sobre el empleo, no se han manifestado como crisis propiamente dicha, sino como micro-impactos de forma no simultánea y con características específicas en diferentes partes del mundo. Esta dispersión témporo-espacial de sucesos, con síntomas que pasan inadvertidos, culminan, de hecho, en crisis de magnitud y heterogénea como los que estamos viviendo en este momento.
A partir de esta interpretación diagnóstica, podemos identificar que la construcción de empleabilidad, constituye el principal desafío para todos los que estudiamos la alternancia del mercado laboral.
Entiendo por empleabilidad a la capacidad para obtener, mantener o recuperar un trabajo por voluntad propia. La empleabilidad va más allá del conjunto de experiencias y conocimientos que tiene una persona. En realidad la vemos asociada con una equilibrada relación entre habilidades técnicas, relacionales y de influencia, que le permiten realizar las contribuciones y resultados que el trabajo demanda.
La construcción de empleabilidad es un proceso que transcurre a lo largo de toda la carrera y supone un rol activo de la persona y de la organización en la cual se desempeña.