“Hemos mantenido reuniones con supervisoras y Enfermería para que nos ayuden y nos encargen de nuevo los trabajos que veníamos realizando hasta ahora”. La celadora Mónica Domínguez explica los nuevos pasos que han dado para defender sus puestos de trabajo. El encierro iniciado el pasado 28 de septiembre acabará el próximo martes, 13 de octubre, día en el que está fijada la huelga general en el área sanitaria de Vigo.
Serán en total quince días de “acampada” en el hall del hospital y el cansancio empieza a pasar factura. Ahora, han decidido tomar otro camino para conseguir su objetivo. Esta misma semana han hablado con el personal para solicitar su ayuda, ya que saben que será imposible llegar a la meta si no cuenta con el apoyo de sus compañeros.
“Os pedimos encarecidamente que nos dejéis seguir realizando nuestras funciones, que nos ayudéis marcando el número de retenes de celadores, avisándonos cuando haya que trasladar todo tipo de muestras biológicas, documentación sanitaria, medicación de farmacia o cualquier otro material, tal y como se ha hecho siempre”, explican en un comunicado interno dirigido a las supervisoras y al personal de Enfermería.
Y es que desde que se inició el traslado a las nuevas instalaciones de Beade, los 500 celadores del Chuvi se han visto relegados por empleados externos contratados por la concesionaria del hospital a través de una ETT. La confirmación les llegó a través de un comunicado interno en el que no figuraba la firma de ningún jefe de servicio ni responsable. Con el membrete de Xunta de Galicia y Xestión Organizativa Integral de Vigo (EOXI), la nota dejaba bien claro que sus funciones se ven reducidas al mínimo, de forma que solo se encargarán del traslado de pacientes y el resto será llevado por el servicio de transporte.
“Creemos que la única forma de salir adelante es continuar desempeñando nuestras funciones, porque si dejamos de realizarlas va a suponer un duro golpe a las listas de contratación”, afirman los celadores ante lo que consideran una privatización del servicio.
En los últimos días han recibido también apoyo de los celadores de las áreas sanitarias de Santiago y Lugo, donde ya empiezan a perder funciones en favor de los denominados “Tigas” (Transporte Interno y Gestión Auxiliar), contratados por horas y sin especialización en el traslado de material sensible como muestras biológicas o medicamentos.