Son estas dos características de una patología que para la ginecóloga Rosa Darriba, del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima de Vigo marcan la diferencia frente a otros cánceres. En este sentido, la doctora Darriba Marino aboga por un diagnóstico precoz para aumentar las posibilidades de curación. El Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima pertenece al grupo sanitario Vithas, que cuenta en España con 25 centros: 12 hospitales y 13 centros monográficos especializados denominados Vithas Salud.
Las células que forman la glándula mamaria se están dividiendo de forma regular para sustituir a las ya envejecidas (así ocurre en muchos otros tejidos del organismo). Este proceso de reemplazo celular está regulado por una serie de mecanismos que cuando se alteran puede dar lugar a una división incontrolada que con el tiempo dará lugar a un tumor.
El desarrollo de un cáncer dura años, desde que se inicia cuando agentes carcinógenos alteran el material genético de las células que forman el tejido de la glándula mamaria y comienzan a multiplicarse de forma más rápida de lo habitual, de forma anómala, y adquieren capacidad de invasión, tanto a nivel local infiltrando los tejidos de alrededor, como a distancia a través de los vasos linfáticos o del torrente sanguíneo.
Detectable hasta dos años antes de que sea palpable
Es de los pocos tumores malignos que se pueden diagnosticar precozmente, es decir, antes de que se note ningún síntoma. La técnica utilizada más eficaz es la mamografía que nos permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sea palpable y cuando aún no han invadido en profundidad ni se halla diseminado. Así mismo cuando se detecta en fase precoz es factible realizar tratamientos menos agresivos y la posibilidad de curación es mucho mayor.
Por eso, las mamografías deben de realizarse anualmente a partir de los 50 años, y entre los 40 y 50 años deberá de ser el especialista quien determine la periodicidad de las mamografías preventivas en función de los factores de riesgo familiar y personal.
Para el diagnóstico precoz también son importantes la autoexploración y la exploración periódica por parte del especialista. Los síntomas más frecuentes son la aparición de un nódulo que antes no existía; la irregularidad en el contorno de la mama; cambio de tamaño en una mama; alteraciones en la piel: cambios en el color, rugosidades, úlceras…; cambios en el pezón o secreción.
Para realizar una autoexploración, el Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima recomienda hacerla una semana después de la regla en las mujeres que no han tenido la menopausia, y periódicamente entre las mujeres menopáusicas.
La doctora Darriba Marino señala que es importante tener en cuenta que la autoexploración no significa autodiagnóstico, y que ante cualquier sospecha o duda debe acudir siempre a la consulta de un especialista.
Para realizar una correcta autoexploración, la mujer se estirará en la cama y con su mano derecha plana explorará la mama izquierda y viceversa. Si en la autoexploración apareciera alguno de los síntomas de alarma oncológica deberá solicitar de inmediato una consulta con el especialista.
Cuando existe la sospecha bien por la exploración o bien por la mamografía de rutina es necesario realizar estudios complementarios para confirmar o descartar el diagnóstico tumoral.
Confirmación, siempre a través de una biopsia
La mamografía, la ecografía, y la resonancia magnética nuclear orientan sobre el diagnóstico pero el diagnóstico de certeza de cáncer siempre requiere una confirmación a través de una biopsia.
La biopsia puede realizarse por palpación directa o más frecuentemente guiada por ecografía o mamografía.
En el Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima “somos conscientes de la angustia que produce la incertidumbre cuando la paciente está pendiente de los resultados de estas pruebas, por este motivo nuestro equipo integrado por Ginecología, Cirugía, Radiología, Anatomía Patológica, y Oncología se esfuerza en acortar al máximo el tiempo de espera, siempre con el máximo rigor científico y empatía con la paciente”, asegura la doctora Rosa Darriba.
En el laboratorio se estudiará el tipo histológico, el grado de diferenciación, el estado de los receptores hormonales, del Her -2, para poder determinar claramente el abordaje que se debe de realizar en cada caso.
Con los datos de la exploración física, los radiológicos, de laboratorio y otras pruebas para estudio de extensión (como la radiografía de tórax, gammagrafía, TAC, analítica…) se diseña un plan de tratamiento que tendrá en cuenta también múltiples factores como la edad, estado general, estado hormonal, etc.
El tipo de cirugía dependerá del tamaño, localización, extensión del tumor. Siempre se realiza la técnica con mejores resultados estéticos sin afectar al pronóstico siguiendo los protocolos y guías actualizadas, incluyendo la técnica del ganglio centinela, la reconstrucción inmediata y diferida etc.
Además, el Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima ofrece a sus usuarias consejo genético y, si fuera necesario, cirugía profiláctica de cáncer de mama y de ovario en pacientes con riesgo genético (fundamentalmente, las portadoras de BCRA 1 y 2).