«Para mí es un sueño. Desde que somos pequeños, los chavales de la cantera queremos jugar estos partidos. Yo por desgracia no he podido jugar en el campo del Deportivo y será un momento especial para mí, muy bonito y un gran recuerdo», señaló este martes en rueda de prensa.
Hugo Mallo no disputó el derbi de Riazor de la pasada temporada al encontrarse en la recta final de la recuperación de una lesión de rodilla. Dos años antes, en 2013, la grave lesión que se produjo en un choque copero en el Bernabéu también le obligó a perderse el partido de A Coruña. Aun así, acudió al estadio creando una gran polémica, ya que en el autobís, de camino a la ciudad herculina, posó para una fotografía sujetando un cartel en el que se podía leer «Se vende» junto a un escudo del Deportivo. Ya en la grada, se encaró con algunos aficionados visitantes. Al día siguiente, Mallo mostró su arrepentimiento. En 2011, con ambos equipos en Segunda, se perdió el derbi debido a los compromisos de la selección sub-21.
A pesar de la polémica de 2013, Mallo no se espera una acogida especialmente hostil por parte de la afición del Deportivo. «Creo que el recibimiento será el mismo que el año pasado cuando estuve allí, a pesar de que no pude jugar. La gente se portó bien y yo no tengo ningún problema en ir. Si alguno me recibe de alguna otra manera, pues nada, es lo que toca. Pero espero lo normal, como todo el equipo un día de derbi. Que cada afición anime a los suyos».
El lateral asegura que el Celta llegará al partido sin especial presión y cree que no se puede hablar de favoritos en un encuentro de estas características. «No tenemos nada de presión, es un aliciente más y quiere decir que estamos haciendo bien las cosas fuera. Un derbi ya es especial de por sí pero tener esta racha fuera de casa nos ayuda y nos fortalece. No hay favoritos. Estén los dos equipos en la posición que estén, arriba o abajo, un derbi es un derbi. Es diferente, especial y no importa la clasificación. Será disputado y muy difícil de ganar para los dos».
Mallo asegura que a cuatro días del derbi el vestuario está tranquilo. Además reconoce que para los jugadores gallegos es un partido un poco más especial: «En la cabeza sí lo vivimos diferente. Tenemos ese hormigueo en la barriga pero la preparación del partido es igual«, explica. El de Marín también reconoce que ya se empieza a palpar el ambiente de derbi en la calle. «Cuando voy paseando al perro, paso por delante de una terraza y siempre hay alguna persona, sobre todo la gente mayor, que te para y te dice: más os vale… Y después están los que ponen un dos en la quiniela. Todo eso se lleva con buen humor y hace gracia. Y por otro lado, ayuda, es una motivación que haya tanta gente que esté pendiente, que te dé ánimos y que quiera que ganemos«, explica.
Por otro lado, desea que no se produzcan incidentes entre las aficiones. «Para nosotros es importante que no le pase nada a la afición que se desplace y que disfrute del derbi, al igual que cuando venga aquí la del Deportivo. Es una fiesta para Galicia y cometeríamos un error si pasara algo. Ya no digo peleas o insultos. La gente tiene que estar tranquila y disfrutar. Es un partido y lo que se crea antes debe ser como una fiesta. Que las aficiones puedan estar mezcladas, como pasa en el País Vasco y que no pase nada. Sería muy bonito de ver y de vivir», comenta.
Esta será la primera vez que pise el césped de Riazor vestido de corto y la guinda perfecta sería marcar un gol, aunque reconoce que no será fácil. «Lo sueño muchas veces, pero es complicado. Primero tengo que jugarlo, que no lo jugué aún. Por esta vez, con jugarlo me llega«, finaliza.