Los trabajos de desinsectación fueron supervisados por el concejal de Sanidad y apicultor Alfonso Vázquez, quien mantiene un censo con todos los avisperos activos y, por lo tanto, avisa a la Xunta y dirige siempre a los operarios a cada uno de ellos. “Su labor es imprescindible para que Nigrán dé una respuesta rápida a un problema como este, a diferencia de lo que sucedía antes, estamos actuando de manera casi inmediata gracias a su constante labor de búsqueda, detección, aviso y acompañamiento en caso de detectar uno. Nuestro objetivo es que, además, se retiren primero los que están cercanos a zonas pobladas”, destaca Juan González, alcalde de Nigrán.
A día de hoy, el edil tiene registrados otros ocho en los que Tragsa debe actuar, pero al mismo tiempo la empresa también tienen localizados otros distintos “porque la Xunta les pasa a ellos la información si algún particular avisa”. En el caso concreto de Nigrán, siguiendo los criterios del edil, se fumigan los nidos pero no se retiran del árbol, simplemente se marca el tronco con spray para saber que se ha actuado. “Si se dejan en su sitio las avispas que vuelven de pastorear se meten dentro y mueren envenenadas, de lo contrario sobreviven y construyen otro”, señala Vázquez.
La ausencia de bajas temperaturas hasta la fecha ha motivado que la mayoría de los nidos continúen activos, algo muy poco común en esta época del año. Este factor, unido a la búsqueda de humedad por parte de los insectos, explica que la mayor parte de ellos se encuentren en árboles de la zona del Río Muíños entre Playa América y Porto do Molle, aunque también se instalan en otros puntos con riachuelos en Camos o Parada. Precisamente, al ser el aliso una especia común en los ríos, muchos se localizan ahí a gran altura, por lo que es imprescindible el uso de una pértiga de 20 metros y, en los casos más extremos, a mayores también hay que emplear la grúa municipal. La técnica consiste en pinchar el nido con una pértiga que finaliza en forma de lanza y que, además, lleva adosada un pequeño tubo por el que se inyecta el insecticida una vez perforado el nido. La desinsectación es llevada a cabo por dos operarios de Tragsa, con los que colaboran otros dos operarios municipales si es necesario además emplear la grúa. En casos puntuales no se ha podido actuar porque no existen medios para alcanzar tanta altura. “Nuestra prioridad son los que se encuentran cerca de zonas habitadas, por ejemplo, en el parque de San Pedro había uno muy pequeño, pero se fumigó en cuanto se supo porque es un sitio donde acuden muchos niños”, explica.
El Val Miñor y la costa de Lugo son dos de las zonas más afectadas de Galicia. “En el caso concreto de Nigrán hay más nidos que nunca porque hasta la fecha prácticamente no se hizo nada, se retiraron muy pocos y aún encima no era la solución porque las avispas vuelven a construir otros”, expone Vázquez.