El eterno verano de Vigo y las Rías Baixas llega este verano hasta diciembre. Ni una gota de agua, pero tampoco frío, todo lo contrario, temperaturas de hasta 22,6 grados en la ciudad, el máximo registro de Vigo desde el año 1985, según informa Torallamar tras consultar datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para la estación meteorológica de Peinador.
Gente bañándose en Samil, paseantes sin camiseta e incluso los clásicos castillos de arena en el arenal vigués. La culpa de esta bonanza meteorológica la tienen los vientos del sur y Jose González, oceanógrafo de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla (Ecimat), explica para VIGOÉ las causas.
«Durante los meses de otoño en Galicia, es habitual que exista una alternancia en los vientos. Por un lado, cuando domina el viento del norte, solemos tener el cielo despejado, pero temperaturas más bajas, debido a la presencia del aire frío», afirma Jose, encargado de recoger a diario datos en el observatorio de Torallamar y lanzarlos en redes sociales para informar a los vigueses.
La situación no es habitual y así lo explica. «Cuando domina el viento del sur, asociado a la presencia de borrascas, el aire que nos llega es húmedo y cálido, lo que suele dar lugar a lluvias. La menor alternancia entre estas dos situaciones y la dominancia del viento del sur está haciendo que este diciembre tengamos temperaturas superiores a las habituales, que se suelen situar entre los 6ºC y los 12ºC», señala.
Las previsiones no son tan buenas para los próximos días, pero tampoco habrá cambios muy drásticos. «De momento las previsiones indican que el viento seguirá soplando principalmente del sur durante los próximos días, por lo que volverán los chubascos a partir de mañana y las temperaturas seguirán bastantes altas; aunque la próxima semana bajarán algo, seguirán por encima de los valores habituales para esta época», asegura Jose González.