El lema en las pancartas de la afición granate era el famoso “Hai que roelo”, porque habían conseguido convertir el estadio de Pasarón en un fortín donde era muy complicado arañar algún punto.
En ese estadio yo pude ver cómo el Pontevedra venció en un partido oficial frente al R. Madrid por 3 a 0. En la delantera blanca jugaban los ye-yés como Serena, Amancio, grosso, Velázquez y Gento. Pasarón aquel día fue una verdadera fiesta. Fueron 5 años los que el equipo granate consiguió estar entre los grandes del fútbol español. Los viejos del lugar no olvidan aquel gran equipo.
Pero en la tarde de ayer volví a ver en los canales nacionales que mentaban al equipo granate, pero no era recordando sus hazañas del pasado. El Pontevedra C.F. era aludido, ya que uno de sus aficionados se hizo famoso en el día de ayer gracias a un puñetazo propinado al Presidente del Gobierno, mientras paseaba con sus posibles votantes por el centro de su ciudad.
La agresión fue tan brutal que si el agresor le llega a alcanzar la sien presidencial, se habría convertido en un magnicidio.
El club granate merece ser recordado por sus años gloriosos y no por un violento descerebrado que no puede volver a Pasarón porque deberá pasar una buena temporada “a la sombra”.