Y entre gotas de auga y viento racheado, Eduardo ‘Toto’ Berizzo envió a Pape Cheikh al lateral derecho, para la sorpresa de todos e incluso del jugador. Alineó una defensa con Cabral, Alende y Jonny. De esta forma, Wass y Tuco Hernández, que no viajará a Granada por sanción, tenían todo el centro del campo para dominar a un equipo rival de escaso nivel. Señé completó el trío del centro del campo con Madinda en la banda derecha, Drazic en la izquierda y Guidetti en la punta del ataque.
El requiebro táctico del técnico vigués podría deparar el dejar algo de hueco en el costado, pero quería garantizarse el esférico, el ritmo y tener el balón entre sus mediocentros. Así sucedió. Toque por aquí, toque por allá. Tucu para Wass, apertura a una banda, intento de ataque, de nuevo al centro y empezamos. Así transcurría el partido. Sin demasiadas ocasiones y casi sin sobresaltos.
El conjunto local comenzó a llegar a las inmediaciones de la portería de Julián. Primero de forma tímida, sin ocasiones, hasta que Cabral cabeceó con fuerza un saque de esquina que repelió Julián cerca del palo. A continuación tuvo su llegada el Almería. Sí, comenzó a dar señales de que andaba en el terreno de juego pasado el ecuador del primer acto, y lo hizo con una llegada por banda y centro al segundo palo al que llegó Cristian Herrera. Lo separaban un par de metros de la portería pero llegó forzado y no consiguió golpear bien el esférico. Se fue al lateral de la red.
Continuó el conjunto almeriense al ataque con ciertas ganas. Varias llegadas al área y dos centros sin rematador fueron sus acciones hasta que la fase con cierto dominio visitante quedó rota de golpe. Guidetti forzó una falta en la frontal y Wass envió el balón cerca del larguero. Golpeó fuerte y algo centrado. A Julián le dio tiempo a llegar pero su mano resultó blanda. El esférico al fondo de la red y la eliminatoria, si todavía no lo estaba, quedó completamente resuelta.
La segunda mitad tuvo poco o ningún interés. Guidetti le ponía ganas y gesticulación en su intento de conseguir un anhelado gol. Probablemente, era el único que tenía ganas de verticalidad y agitación en el enfrentamiento de ayer. Le faltó acierto, como demostró en la falta que envió por encima del larguero y que forzó un elegante Pablo Hernández tras marcharse de dos rivales, el segundo con un túnel.
El Tuco, a bajas revoluciones, se encontraba encantado sobre el terreno de juego de Balaídos y todo el Celta dejaba pasar los minutos. Por su parte, el Almería colaboró. Los andaluces generaron dos ocasiones tras el descanso. Un disparo de Cristian Herrera que volvió a marcharse al lateral de la red y una buena intervención de Rubén, correcto toda la noche. El enfrentamiento terminó con un disparo desde la frontal que sacó Julián a saque de esquina a una mano.
En definitiva, pocas conclusiones en una lluviosa tarde copera sobre Vigo. Entre los jóvenes, Alende no pasó problemas en el eje de la zaga, Pape se dejó ver desde el lateral y Drazic, llamado a tener minutos por las lesiones que acumula el Celta, dejó malas sensaciones. Tuvo pocos balones y generó poco peligro en un enfrentamiento insulso en Balaídos, que sirve para meter al equipo vigués en octavos de final.
Celta: Rubén Blanco, Pape (Mallo, min. 77), Cabral, Alende, Jonny, Drazic, Wass (Augusto Fernández, min. 52), Pablo Hernández, Señé, Madinda, Guidetti (Bonganda, min. 79).
Almería: Julián, Fran Vélez (Ximo, min. 63), Zabaco, Adrián Castellano, Antonio Marín, José Ángel, Fatau, Antonio Puertas, Lolo Reyes (Jonathan Zongo, min. 46), Eldin (Pozo, min. 70); Cristian Herrera.
Gol: 1-0, min. 40: Wass.
Árbitro: Jaime Latre. Mostró cartulina amarilla a Fatau, Zabaco y Fran Vélez.
Incidencias: Partido disputado en Balaídos ante 8.581 espectadores.