Y es que los premios que cayeron en la ciudad fueron anecdóticos, casi imperceptibles. El gordo, el segundo y el tercero repartieron sus millones de euros lejos de Vigo. Solo pequeñas cantidades del cuarto premio 71.119 y del quinto 18.102 se quedaron en la ciudad o en los municipios del Área Metropolitana.
El sorteo comenzó fuerte con el segundo premio y varios quintos en la primera hora. El ‘subcampeón’ de los premios repartió dinero por el sur de España y lo más cerca que quedó de Galicia fue Logroño. Un poco lejos de Vigo, pero el quinto 18.102 sí quiso dejar algunos miles de euros en la ciudad. La administración 17 de la calle Oporto y la del Centro Comercial Travesía vendieron billetes por ventanilla. Cada uno de ellos agraciados con 6.000 euros y con la peculiaridad de que el despachado en el centro comercial fue adquirido el lunes, a última hora.
Tras el quinto premio, hubo que esperar a pasado el mediodía para ver más premios grandes y otro pellizco. En este caso, un cuarto premio, el 71.119 que dejó sus premios por toda España. De entre todos los números del cuadro de honor tuvo el privilegio de ser el más repartido. Por ventanilla, fue despachado en la Salvaterra de Miño y en O Porriño. Los beneficiarios tuvieron buen ojo al escoger porque fue poca la suerte que repartió la lotería de Navidad este año en Galicia.
Más allá de pequeñas participaciones y billetes aislados, el sorteo se limitó a pequeños premios en Vilagarcía, Monforte de Lemos y Cospeito. En estas localidades cayó algo del tercer premio. A estos se suman los repartidos cuartos y quintos. Es decir, las pequeñas migajas de una mañana de mucho «lo importante es tener salud» porque los euros son salieron con acento gallego en este 2015.
Aunque, probablemente, en algún lugar de la comunidad autónoma o incluso de Vigo pueda esconderse un millonario. Y es que el primer premio (79.140) se vendió íntegro en Roquetas de Mar, provincia de Almería. Es decir, en una de esas localidades clásicas del turismo en el Levante. Frecuentada por miles de veraneantes y algún que otro viaje organizado de la tercera edad. Con suerte, en un lugar determinado de la ciudad o alrededores entró alguien hace unos minutos en el banco con el número agraciado y otro, de peor memoria, busque en el cajón el billete comprado el el viaje de este verano.
Ahora toca el momento de comprobar reintegros y pedreas. El habitual consuelo y que se puede consultar aquí.