Después del anodino precedente ante el Atlético de hace diez días, Berizzo decidió esta vez añadir más pólvora a su ataque y repitió la apuesta que dio éxito ante el Levante: Guidetti y Aspas volvieron a repetir en el once. Esto obligó a Orellana a echarse a la banda izquierda, ya que en el centro del campo regresó Radoja, que estuvo escoltado por Tucu Hernández y Wass. La alineación, por tanto, aunaba imaginación y músculo; desparpajo y juego aéreo.
Los primeros minutos, no obstante, se jugaron cómo quiso el Atlético. Al Celta le costaba rasear el balón. Radoja no se imponía en el centro del campo y el balón volaba de un lado a otro. Los de Simeone se sentían cómodos y ya en el minuto 3 pusieron en apuros a Rubén. Carrasco vio la internada de Filipe Luis por banda izquierda y le envió un buen pase. El brasileño, libre de marca, mandó el balón al área. Jackson llegó a rematar, pero mandó el esférico fuera.
La respuesta celeste llegó en una combinación entre Aspas y Guidetti. Tras una precisa pared, con taconazos incluidos, el moañés se plantó ante Moyá. Disparó al cuerpo del portero. Guidetti recogió el rachace, pero la pelota se estrelló contra Aspas.
El Celta se fue entonando. Radoja se hizo con el control del centro del campo y el Atlético se fue echando atrás. El líder de Primera se limitaba a defender ante un rival cada vez más entonado. Orellana, acostumbrado a aparecer por distintos lugares del campo, parecía un poco perdido tan pegado a la banda. Pero pasado el minuto 20 se fue soltando. La entrada en juego del chileno coincidió con los mejores minutos celestes. Fue él el encargado de enviar un servicio medido para Jonny, que casi desde la línea de cal mandó atrás el pase de la muerte. Tucu Hernández remató de manera defectuosa y el balón acabó siendo de Moyá.
El Celta tocaba y tocaba con paciencia. Aspas se asociaba con Orellana y Guidetti aparecía también como un colaborador de lujo. Tucu y Wass se hacían con casi todos los rechaces, Jonny y Planas se incorporaban por las bandas, Radoja le daba equilibrio al equipo… El Celta lo estaba bordando ante un Atlético agazapado atrás. Balaídos, agradecido, coreaba el «fútbol de salón». La única pega era que los colchoneros son inmunes al sufrimiento y disfrutan en situaciones en las que otros se rendirían. Se llegó al descanso con el Celta sintiéndose ganador a los puntos, pero sabiendo que es muy peligroso no rentabilizar las ocasiones ante un rival de este pelaje.
El Atlético salió al terreno de juego en la segunda mitad con la intención de finiquitar el partido y la eliminatoria. Despertó de su letargo atacante, con la intención de coger desprevenido al los celestes. Y el Celta sufrió. La alegría con la que se había cerrado el primer tiempo se convirtió en desasosiego. Los de Simeone probaron a Rubén en un par de jugadas a balón parado. Savic rozó el gol con un cabezazo desde el primer palo que se marchó fuera por poco. Un minuto después, Jackson disparó cruzado desde la frontal del área. Rubén despejó con muchos apuros el esférico.
El Celta necesitaba volver a coger aire, irse arriba, superar el mal trago. Y lo logró. El partido se tranquilizó. Los vigueses no recuperaron el dominio de la primera mitad, pero el Atlético tampoco sacó partido de esos minutos en los que suele sentenciar los encuentros.
Se llegó a los últimos veinte minutos y el partido y la eliminatoria seguían abiertos. Un pequeño triunfo para el Celta, que había aprendido la lección del encuentro de Liga.
Berizzo decidió dar entrada en el campo a Beuavue, el último fichaje celeste, a falta de un cuarto de hora para el final. Decidió retirar a Iago Aspas, en vez de un agotado Guidetti. Balaídos recibió a su nuevo jugador con una tremenda ovación.
El Celta ya no volvió a ser el que había sido en la primera parte. El partido era incontrolable. La batalla había sido extenunante y no sobraban las fuerzas.
En el 81, los celestes a punto estuvieron de encontrarse con premio de la forma más insospechada. Guidetti recibió de espaldas, se giró y trató de enviarle el balón a Tucu Hernádez. Augusto Fernández interceptó el pase, pero no se entendió con Moyá y casi marca en propia meta. Gabi tuvo que sacar el esférico casi desde la línea de gol. Balaídos se habría venido abajo por un ataque de retranca si el Celta hubiese ganado gracias a un tanto en propia meta del excapitán.
Cuando parecía que el partido se iba a acabar con empate, tuvo lugar una jugada clave que pudo cambiar el signo de la eliminatoria. El árbitro no vio una mano del colchonero Thomas dentro del área. Al final, un empate sin goles que mantiene intactas las opciones del Celta.
Celta: Rubén Blanco; Jonny, Sergi Gómez, Cabral, Planas (Hugo Mallo, min. 86); Radoja, Tucu Hernández, Wass (Borja Fernández, min. 92); Orellana, Iago Aspas (Beauvue, min. 73) y Guidetti.
Atlético de Madrid: Moyá; Jesús Gámez, Savic, Godín, Felipe Luis; Augusto Fernández; Griezmann (Thomas, min. 79), Koke, Gabi, Carrasco (Vietto, min. 65); y Jackson Martínez (Correa, min. 59).
Árbitro: Estrada Fernández (colegio catalán). Mostró tarjetas amarillas al visitante Jackson Martínez; y al local Orellana.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de Balaídos ante 17.428 espectadores.