Hubo que esperar unos minutos, con conexión con Hugo Mallo incluida, para conocer que la suerte había deparado que el Sevilla sea el rival celeste en las semifinales de la Copa del Rey y la reacción en el vestuario céltico. Y la celebración resultó como la de un gol. Gritos fuertes e intensos, pero no porque tocase el Sevilla, sino porque al Valencia le había tocado el Barcelona, el rival que nadie quería.
Sergio Álvarez, que compareció inmediatamente después ante los medios, reconoció que “o Barcelona é o favorito”. Una condición que se sabía en el seno de la plantilla viguesa, pero también indicó que el Sevilla tiene “moita experiencia en eliminatorias. Serán dous partidos moi difíciles e complicados ante un equipo moi traballado. Afrontamos a eliminatoria con gañas e ilusión por chegar á final”.
El portero reiteró que “é un conxunto que prepara moi ben este tipo de eliminatorias, é un especialista”. El cancerbero también expresó que “todos os rivais que quedaban eran complicados e temos que afrontar a eliminatoria coa idea de que son 180 minutos e tamén coa idea de tentar marcar en Sevilla no primeiro partido. Un gol lonxe da casé sempre é importante”.