En la primera parte al Celta se le volvió a atragantar el Sevilla. Los de Berizzo no pudieron con el orden hispalense y ni siquiera jugar con uno más les valió para inquietar a su rival. La actitud del Sevilla fue muy distinta a la del pasado jueves. Dejó que el Celta tuviese el control del partido y que fuese dueño del balón. Los de Unai Emery se fiaban de su buen hacer en defensa y de su potencia física y su corpulencia en ataque.
Al Celta le costó un mundo generar ocasiones y no llegó a disparar entre los tres palos en toda la primera mitad. Un par de lanzamientos lejanos de Wass y Bongonda que se marcharon fuera fueron lo más destacado. Los celestes trataban de abrir el campo, buscaban en las bandas a Beauvue y Bongonda, pero el Celta fue un equipo previsible y con un ritmo de juego demasiado pausado. Se echaba en falta a Orellana. El equipo vigués se estrellaba contra un muro mientras que el Sevilla sí que inquietaba en las pocas ocasiones que se acercaba a la portería de Sergio.
Los visitantes se quedaron con uno menos en el ecuador de este primer periodo. Fazio vio la segunda amarilla por una fea entrada sobre Tucu Hernández. El colegiado le había enseñado la primera al inicio del encuentro, aunque primero se la apuntó a Rami y luego rectificó, cuando fue avisado por el juez de línea.
La expulsión no varió demasiado el plan del Sevilla. Más bien, lo intensificó. Emery retrasó a Carriço para que ocupase el puesto dejado por Fazio en el eje de la zaga. Los visitantes pusieron el cerrojo ante un Celta impotente.
El Sevilla atacaba poco, pero cuando lo hacía asustaba. En el 41, N’Zonzi entró con todo haciéndole a Sergio una falta que el árbitro no señaló. El balón le llegó a Reyes y el meta vigués, que ya había recuperado la verticalidad, logró detener el esférico con ciertos apuros. En la siguiente jugada, el Sevilla ya no perdonó. El gol llegó a balón parado, en un lanzamiento de córner. Llorente cabeceó, Beauvue despejó y Carriço estaba allí para recoger el rechace y poner el 0-1 en el marcador. Esta desastrosa primera parte finalizó con una jugada polémica. Bongonda, que había recibido una amarilla por simular ser objeto de penalti, cayó de nuevo en el área, esta vez tras ser empujado por Mariano. Velasco Carballo no consideró oportuno castigar esta acción con penalti.
La segunda parte comenzó con un Celta bien distinto. Los vigueses salieron a por todas tras el descanso, intensificando el ritmo del partido y llegando con peligro al área sevillista. Plamas tuvo la primera ocasión tras una dejada de Aspas. El disparo del lateral se marchó demasiado cruzado.
En el 52, Beauvue falló un gol clamoroso, un error del que afortunadamente pudo redimirse. Tras una buena jugada de Bongonda, el balón le llegó al francés dentro del área. Con Sergio Rico prácticamente batido, mandó el balón demasiado alto. Poco después lo probó Radoja desde fuera del área. El meta sevillista rechazó el esférico.
El partido estaba teniendo un ritmo electrizante en esta segunda mitad y Berizzo quiso echar más leña al fuego. Dio entrada en el campo a Marcelo Díaz y a Guidetti en sustitución de Radoja y Jonny, colocando a Wass de falso lateral. Esta arriesgada declaración de intenciones tuvo efecto inmediato, porque tras un cabezazo al palo de N’Zonzi, llegó el tanto del empate. Fue una jugada de tiralíneas. Marcelo Díaz envió un gran balón en largo a Wass. El danés controló y centró raso al área. Beauvue se anticipó a su par y con un disparo seco y pegado al palo batió a Sergio Rico.
El Celta no se conformó con este empate y se fue a por la victoria. Las ocasiones se sucedían. Iago Aspas rozó el gol tras un pase de Guidetti, también Tucu Hernández de cabeza estuvo cerca. Marcelo Díaz estaba dando una clase magistral en el centro del campo y el Celta atravesaba sus mejores momentos. El plan funcionaba y el Sevilla, que estuvo 20 minutos pidiendo la hora, temblaba.
Al Celta le faltó rematar la faena. Tuvo a su rival entre las cuerdas durante más de media hora, pero no llegó ese gol que hubiese dado los tres puntos. Y no fue por intentarlo poco. Ya en el descuento, Bongonda se plantó en el área, le pasó el esférico a Guidetti, que tirándose al suelo, consiguió rematar. Sin embargo, apareció Sergio Rico para detener el balón cuando Balaídos cantaba ya gol.
El Celta al menos consiguió cortar su racha de dos derrotas seguidas y ahora se centra ya en intentar la remontada en Copa.
Celta: Sergio Álvarez; Jonny (Guidetti, min. 61), Cabral, Sergi Gómez, Planas; Radoja (Marcelo Díaz, min. 61), Wass, Tucu Hernández; Beauvue, Aspas y Bongonda.
Sevilla: Sergio Rico; Mariano, Rami, Fazio, Escudero; N’Zonzi, Carriço; Reyes (Banega, min. 63), Krohn-Dehli, Konoplyanka (Vitolo, min. 57); y Fernando Llorente (Gameiro, min. 67).
Goles: 0-1, min. 42: Carriço; 1-1, min. 63: Beauvue.
Árbitro: Velasco Carballo (colegio madrileño). Mostró tarjetas amarillas a los locales Sergi Gómez, Iago Aspas y Bongonda; y a los visitantes Konoplyanka, Escudero y Sergio Rico. Expulsó a Fazio por doble amarilla en el minuto 24.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 23ª jornada de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 16.420 espectadores.