El presidente reconoció que «estoy muy preocupado por el Celta B. Hay que darle una vuelta. Teníamos dos opciones: dedicarlo a la formación de jugadores o fichar veteranos y con eso pelear por no descender, porque si el salto es grande desde Segunda B, desde Tercera será peor». De esta manera justifica la llegada de tanto futbolista veterano en el último mercado de invierno.
Mouriño, como hemos dicho, cree que sería muy beneficioso para el Celta que el filial llegase a jugar en Segunda y está dispuesto a hacer sacrificios para lograrlo. «Se puede sacrificar un año la cantera en aras de subir al equipo a Segunda. Se nos criticará porque es malo a corto plazo pero a la larga puede ser mejor», explicó.
Por otro lado, el presidente negó que el Celta haya dejado de ser un club de cantera, aunque reconoció que esta apuesta se ha matizado. «La cantera sigue siendo la madre de nuestra filosofía. Es el porqué del Celta. Pero el apellido canterano no significa un puesto en el Celta. Bajo ningún concepto. El canterano va a tener que pelear como el resto por ganarse un puesto. Tenemos casos de chicos que se han ido porque no estaban de acuerdo con nuestra filosofía y otros que hemos dejado ir porque no hemos cambiado la filosofía», señaló.
Y es que para crecer el Celta necesita fichar y es lógico que cada vez tengan hueco menos canteranos. «Para Primera no nos llegaba el equipo de canteranos. O seguías en el alambre o te reforzabas. Al reforzarte, la diferencia con el B es más grande y al ir sexto, más. Pero no dejamos de lado la cantera, seguimos invirtiendo más que nunca«, finalizó.