Pero esos elogios no llegaban. Prácticamente ni se mencionaba al Celta. Parecía que el Atlético de Madrid había jugado contra sí mismo. Llegué a una conclusión apresurada y poco verosímil. ¿Cómo era posible que una televisión local madrileña se sintonizase con tal nitidez en Vigo? Alarmado, cogí el mando a distancia, apreté un botón y en la pantalla aparecieron los nombres del canal y el programa que estaba viendo: Deportes Cuatro. O sea, Los Manolos.
Este jueves volví a caer en Deportes Cuatro y esta vez lo que vi no me produjo solo perplejidad y una leve indignación. El cabreo fue monumental.
Les cuento lo que sucedió, por si no se han enterado. Nolito acudió por primera vez a sala de prensa después de muchas semanas de silencio. Como es lógico, había expectación. No solo los medios de Vigo estaban interesados en las palabras del gaditano, también los nacionales. Y allí, en A Madroa, estaba una cámara de Cuatro para captarlas.
Pues bien, a los responsables del inefable informativo que conduce Manolo Lama y Manu Carreño no les parecieron demasiado interesantes estas declaraciones de Nolito (no lo entiendo, porque tenían mucha miga), por lo que optaron por emitir lo que se dijo antes y después de la rueda de prensa.
Los Manolos se decidieron por el chascarrillo en vez de por la información. Nada nuevo bajo el sol. Pero en esta ocasión lo hicieron faltándole al respeto a Nolito y a todos los periodistas que estábamos este jueves en A Madroa. El intercambio de bromas y comentarios es habitual, sobre todo cuando le toca pasar por sala de prensa a un jugador tan saleroso como el gaditano. Pero hasta ahora todo el mundo tenía claro que estas conversaciones pertenecen al ámbito privado, que no es material para publicar. Más que nada, porque su interés informativo es nulo. Pero los señores de Cuatro no se limitaron a esto. Además, subtitularon las palabras de un periodista de forma errónea, dando a entender que había dicho lo contrario a lo que realmente dijo.
Este tipo de comportamientos han provocado que la normalidad deje de ser la tónica predominante en el fútbol español. Los clubes cada día son más opacos. Se protege a los futbolistas apartándolos de los periodistas. Actitudes como la de este jueves de Deportes Cuatro cargan de razones a los entusiastas de estas políticas restrictivas. Emitir una conversación privada provoca que la relación diaria de los periodistas de provincias con los clubes sea más complicada y que, claro, la información que llega al aficionado también se vea perjudicada. Pero a Los Manolos esto no les importa. Destrozan el hábitat ajeno y salen pitando.
Por fortuna, a Deportes Cuatro el día a día del Celta no le interesa en absoluto. De hecho, todo lo que escape de la órbita del Real Madrid y, en menor medida, de la del Barcelona le parece totalmente irrelevante. Y no vamos a ser nosotros los que reclamemos mayor atención de este medio y otros similares.
Desde hace unos años, algunas televisiones se han echado al monte. Los directores de estos programas se han convertido en fieles devotos del dios audiencia. La información queda en segundo plano, la verdad apenas importa y la anécdota acapara minutos y minutos de los informativos.
Afortunadamente, en provincias el periodismo deportivo sigue siendo honesto. De menor o mayor calidad, pero honesto. Y mucho más diverso. De hecho, el verdadero periodismo ‘provinciano’ no se hace en provincias, no se hace ni en Vigo ni en Gijón ni en Málaga ni en San Sebastián. Se hace en un plató de televisión de la capital que se parece demasiado a la barra de un bar.