Comenzó de forma negativa, con una inoportuna gripe que le hizo perderse el viaje a Segovia para medirse al Nava y que terminó con derrota del colista, el Octavio. La tortura no terminó ahí para el jugador porque vivió unos cuantos días de gripe fuerte con fiebre alta y muchas horas tumbado en cama.
A mitad de semana comenzó a sentirse bien y «fui tres días a entrenar, estuve bien en las últimas dos sesiones. Estoy con la medicación y guardé mucho reposo para tener energía en el partido», explicó el jugador del Octavio. Sin embargo, ante La Roca no estaba siendo su mejor actuación. «Empecé mal, pero se me dieron mal los minutos finales», admite.
Y es que en los últimos instantes pareció entrar en un estado febril, pero en lo deportivo. No marcó en los cincuenta y cinco minutos anteriores y ofreció un particular recital en los cinco últimos cuando el marcador estaba igualado y el balón quemaba. «Fue un partido que tuvimos dominado y cualquier equipo se nos sube a las barbas si nos relajamos un poco», indicó Silva y así fue. El Octavio pasó de marcar el ritmo del encuentro con rentas de cuatro y cinco goles a un 24-24 que parecía hundir al, hasta el momento, peor equipo de la categoría.
Pero comenzó el recital de Silva, tras la igualada «quería ayudar al equipo, aunque no tuviera un buen día». Y contribuyó con goles, uno tras otro. Hizo cuatro en cinco minutos. Culminó uno tras otro los ataques del Octavio y, el último tanto, el de la victoria, llegó a tres segundos de sonar la bocina (29-28). Un triunfo que sirve para dar algo de vida a un Octavio que, en ocasiones, parece agonizar en la categoría. Ahora llueve menos, está a tres puntos de la salvación a falta de ocho jornadas.
Silva explica que «tenemos que disfrutar del deporte, que es lo que nos gusta, y que las cosas vayan saliendo. Si nos quedamos en la orilla, quedarnos pero con la sensación de pelear hasta el final.
Jabato nos dice que tenemos que trabajar bien, entrenar a un buen nivel y que las cosas terminan saliendo». En su caso, esta situación es especial porque comenzó con ánimo la temporada y después sufrió una fractura en la mano. Dos meses alejado de la pista para disgusto de su entrenador, Javier Fernández ‘Jabato’. «Alguna vez me comenta que tengo que aportar más y lanzar desde fuera. Tengo que ayudar con lo que sé y no complicarme«, precisó el primera línea.
Lo necesita el Octavio y Óscar Silva quiere ayudar al pequeño milagro que supondría la salvación de la formación viguesa. «Empecé bien, pero tuve la lesión y ahora la gripe. La temporada para mí está siendo torcida, pero intento que no pase nada más y terminar bien. Creo que estoy cerca del máximo nivel. Estoy recuperado y la lesión está olvidada», explica el jugador. Si continúa con el estado febril balonmanístico, el Octavio incrementa sus opciones de permanencia.