Por ello, han emitido un comunicado en el que sostienen que “ningún ciclista se movió de su puesto en la fila doble” y que “nadie cerró” el paso al coche en la carretera, sino que fue éste quien se dirigió contra el pelotón “describiendo una trayectoria recta desde atrás, y escorando ligeramente hacia la derecha”. Además, inciden en que “tras el primer impacto no evitó al resto del grupo”.
Los ciclistas también censuran que el todoterreno no se parara en ningún momento tras el golpe y que se detuviera “muy lejos del lugar, a más de 300 metros”, para luego retomar su marcha sin asistir a las vícitmas. Fue más adelante donde el conductor, a quien le ha sido retirado el permiso de circulación, pidió que se alertara a los servicios de emergencia, algo que tampoco entienden los integrantes del grupo de corredores, ya que el acusado tenía en su poder un teléfono móvil para dar el aviso cuando estuvo detenido.
Con todo, uno de los puntos que más ha enfadado a los ciclistas es el referente a la velocidad. Según mantienen, era “muy superior” a los 60 kilómetros por hora, algo que creen demostrable a tenor de los destrozos causados en el coche y en el cuerpo de los atropellados, que salieron despedidos “a más de 200 metros”.
Además de no estar de acuerdo en la versión ofrecida ante el juez, los afectados también han lamentado que ni el conductor ni “nadie de su entorno se haya personado ante víctimas o familiares para presentar condolencias o disculpas, ni en el tanatorio ni en los hospitales”.
Ante esta situación, quieren organizar una manifestación para mostrar su rechazo a todo lo ocurrido, pero diferentes trabas burocráticas les han impedido cerrar una fecha cercana, por lo que intentarán realizar una convocatoria en cuanto les sea posible.