Hasta Bélgica acudieron 13 representantes de SOS Sanidade Pública, que representaban los distintos sectores de la actividad y a las diversas localidades del área sanitaria de Vigo. Entre ellos está María José Diéguez y explica que «llegamos el lunes a las 2 de la madrugada a Bruselas y nos enteramos de las explosiciones en el aeropuerto a las 8:00 cuando bajamos a desayunar. Aún así, pudimos tomar el metro y lo hicimos tranquilos, sin temor».
Diéguez explica que «salimos del metro y, menos de cinco minutos después, escuchamos la explosición. La sentimos en nuestro pies. Nosotros estábamos en la calle, encima». De esta forma, el grupo quedó «paralizado, no sabíamos que hacer en el primer momento. Vimos como hubo gente que empezó a correr y otra que abrió las ventajas para ver lo que sucedía. Todo se paró».
Posteriormente, y tras el ‘shock’ inicial el grupo pudo continuar y «llegamos al Parlamento Europeo, era donde nos esperaban y fue entrar nosotros y cerraron la puerta de inmediato». Tras realizar las exposiciones y cumplir con las reuniones previstas, que se alargaron hasta las 18:00 horas, María José y el grupo tuvo que «reservar un día más y volver al hotel caminando porque no había ningún medio de transporte disponible. Los taxis eran gratuítos, pero sólo hacían trayectos largos».
«Que nos saquen de aquí»
La odisea de María José Diéguez todavía no terminó porque permanecen en Bruselas a la espera de poder salir de la ciudad. «Que nos quiten de aquí, por favor», reclama y añade que «siete personas del grupo pudieron regresar a través de Holanda, pero seis continuamos en Bruselas. Lo último que sabemos es que igual podemos regresar a casa mañana por la tarde a través de París, pero todavía no es seguro. Esto cambia casi a cada hora. Por el momento, aún no funciona nada». Mientras tanto, el grupo acudió a la Plaza de la Bolsa donde se está realizando un ‘velatorio’ popular para honrar a los muertos tras el atentado. Y es que el grupo escapó a la explosión por cinco minutos.