En colaboración con otros intelectuales gallegos fundó Unión do Pobo Galego y estuvo emigrado —exiliado— en Venezuela, donde desarrolló importantes colaboraciones y trabajos entre los que destaca el Patronato da Cultura Galega y Hermandade Galega. A su regreso se establece en Madrid y luego regresa definitivamente a Galicia. En 1989 se le dedica el Día das Letras Galegas, en reconocimiento a su obra y contribución a la cultura gallega, destacando “Longa noite de pedra” y, en narrativa, “A fronteira infinida” y “A taberna do galo”. En la ciudad de Vigo existe un céntrico jardín ubicado en la calle que lleva su mismo nombre, con una estatua conmemorativa que puede observarse en la fotografía, y frente a su figura de piedra pasan a diario numerosos vehículos y transeúntes que forman una procesión de reconocimiento interminable.