Imposible moverse por las callejuelas de Bouzas a lo largo de prácticamente todo el día. La recreación de la Reconquista ha ido ganando fama hasta convertirse en una cita ineludible para los vigueses y este domingo, dos semanas después de aplazarse por el mal tiempo, la fiesta organizada por la Asociación de Vecinos demostró que ya ha entrado en su madurez.
Decenas de puestos de comida y artesanía, actuaciones por las calles, música y, sobre todo, fiesta, muchas ganas de fiesta. Las colas de vehículos para acudir a la Brincadeira se prolongaron durante todo el día y a las nueve de la noche todavía era complicado moverse en coche por la Avenida de Europa.
Muchas personas vestidas de época y otros muchos que no pero que se animaban a comprar los populares «bolos preñados» de chorizo, empanadas, bocadillos y más golosos, postres de todo tipo. Desde primeras horas, encontrar un puesto en una terraza se convirtió en una tarea casi imposible y a medida que fueron pasando las horas, se fueron llenando también los puestos que ofertaban churrasco.
En 1809, al igual que Lavadores, Bouzas era un municipio independiente que tampoco pudo huir de la invasión de los soldados napoleónicos y por este motivo, desde hace unos años, son los vecinos quienes conmemoran su victoria sobre los franceses con una jornada lúdica en la que se recuperan los trajes de época y se instala un mercadillo tradicional.
No faltaron demostraciones de oficios artesanales ni música y cada año son más los establecimientos que se suman a la fiesta con una programación especial con la que atraer a la gente.